Malestar e «indignación» en los pasillos del Instituto Alexandre Deulofeu de Figueres por las directrices del Departamento de Educación. A raíz de la bajada de las pruebas PISA, y a guisa de maniobrar para revertir los males resultados en matemáticas y comprensión lectora, la consejería, en manos de la responsable en funciones Anna Simó, implementó unos exámenes de evaluación que cada centro educativo estaba obligado a llevar a cabo en todos los grupos de 4.º de primaria y 2.º de ESO. El objetivo de estas pruebas es, de acuerdo con las explicaciones de la consejería, «hacer un diagnóstico del nivel de logro de las competencias del alumnado» que sirva como medida orientativa para los docentes de cada centro. Unas pruebas que, aparentemente, se tenían que producir con total normalidad durante el mes de abril -del día 2 hasta el día 30-, pero que han acabado convirtiéndose en la «gota que ha hecho derramar el vaso» del malestar del profesorado del Instituto Alexandre Deulofeu.
En este instituto de Figueres, los profesores llevaron a cabo las pruebas diagnósticas tal como estaba establecido, pero posteriormente a realizarlas decidieron unánimemente en una reunión conjunta de claustro extraordinaria que no introducirían los resultados dentro de la aplicación informática que habilitó la Generalitat. «Los exámenes eran de calidad y exigencia mínima», denuncia Àlex Salgado, un profesor del instituto, en conversación con El Món. Es por este motivo, sumado a la complejidad burocrática de introducir los resultados dentro de la aplicación, puesto que los pedían desde el departamento registrar todas las respuestas -de las 120 pruebas- de cada alumno, que los profesores se rebelaron contra la consejería: «Estas pruebas no evalúan de manera adecuada el progreso educativo del alumnado y ponen un peso inoportuno sobre ellos», argumentó el claustro docente en una misiva formal enviada a varios altos cargos del departamento a la cual también ha tenido acceso este diario, donde también apuntan que estas pruebas diagnósticas suponen «una carga adicional de trabajo para el profesorado»: «Es un método de corrección muy enrevesado», espeta Salgado.

De hecho, en este mismo claustro, el equipo docente del instituto de Figueres también argumentó que «las pruebas diagnósticas de segundo de ESO contribuyen a una cultura de enseñanza centrada únicamente en los resultados de las pruebas estandarizadas», cosa que, a la práctica, acaba siendo contraproducente por el alumnado. Es por este motivo que desde el centro, según aseguran, apuestan por «un sistema de evaluación continuo y formativo que incluye varias formas de evaluación, como por ejemplo proyectos, tareas prácticas, debates y portafolis de aprendizaje», puesto que consideran que permite a los estudiantes «demostrar» el conocimiento adquirido en el aula.
Los profesores denuncian que, en respuesta a su decisión de no introducir los resultados de las pruebas diagnósticas dentro de la aplicación, la consejería tomó cartas en la problemática enviando el Inspector de Educación designado en el instituto -que acudió en el centro el pasado 10 de mayo-, el cual, según afirman, los «amenazó» con sanciones. Por miedo a las represalias, los profesores optaron para desdecirse de su decisión e introducir los resultados en la aplicación, pero ya era demasiada tarde: el plazo había vencido. Según aseguran, solicitaron formalmente a través de la directora del centro que se los reabriera la aplicación para poder hacer entrar los datos, pero no recibieron ninguna respuesta al respeto. Por lo cual, ante el silencio administrativo, optaron para introducir los resultados a través de una hoja de cálculo. Ahora bien, no satisfechos con la presión de la consejería, el profesorado -sin incluir el equipo directivo- se ha constituido en asamblea para denunciar las «malas» políticas del departamento, las cuales consideran que son «ineficaces y soberbias».
La respuesta del departamento
Por su parte, desde la consejería de Educación aseguran en este diario que el Inspector, «en ejercicio de sus funciones», simplemente recordó a «la dirección de este centro que forma parte de sus obligaciones cumplir con diligencia las tareas que los corresponden o se los encomiendan y, si procede, resolver dentro del plazo establecido los procedimientos de su competencia»: «La participación en las evaluaciones consta a la normativa educativa estatal y autonómica como funciones de los docentes, y la normativa sobre función pública define sus obligaciones», apuntan fuentes del departamento.

El choque entre docentes y consejería
El choque entre los docentes del Instituto Alexandre Deulofeu y la consejería de Educación ha estallado a causa de las pruebas diagnósticas que Simó ha establecido en 4.º de primaria y 2.º de ESO, pero viene de mucho más lejos. «Ya hace tiempo que las políticas del departamento generan un malestar anímico», remacha Àlex Salgado, que lamenta que desde el centro han expresado una «queja razonada», pero que la respuesta que han recibido por parte del departamento no ha tenido el «razonamiento» correspondiente. Una situación que, desde su punto de vista, refleja «el follón» del departamento. A través de un manifiesto conjunto elaborado por la asamblea de docentes denuncian que las políticas de la consejería son «ineficaces» y de «nula empatía» hacia el alumnado, los profesores y las familias. También lamentan el elevado volumen de «papeleo» -refiriéndose a la burocracia- al cual están sometidos, como por ejemplo el proceso de introducción de los resultados de las últimas pruebas diagnósticas -uno de los motivos por los cuales optaron para rebelarse contra estos exámenes, puesto que denuncian que los «distrae de enseñar».
También aseguran que «hay un fracaso palpable en las aulas» del cual el profesorado es consciente y consideran que la consejería, a pesar de tener las principales carencias sobre la mesa, «no se hace responsable»: «El departamento se esconde con excusas insolentes como por ejemplo la Covid o la inmigración [refiriéndose a las polémicas declaraciones del secretario de Políticas Educativas, Ignasi Garcia Plata]», remachan desde la asamblea de docentes. Es por este motivo, entre otros, que desde la asamblea de docentes del Instituto Alexandre Deulofeu «exigen» a la consejería que se establezcan «unas directrices claras y comunes para garantizar» los contenidos que se imparten en todos los centros educativos y que se tenga un «respeto para la comunidad educativa».