El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha firmado este miércoles por la mañana el acuerdo de colaboración con la OCDE -es decir, la entidad que se encarga de organizar las pruebas PISA, entre otras- para mejorar el sistema educativo catalán. Un acuerdo que, tal como ha explicado el mismo jefe del ejecutivo, tiene por objetivo «identificar medidas destinadas a mejorar el rendimiento del alumnado en competencias básicas y así lograr la reversión de los resultados educativos en Cataluña [que han constatado una caída generalizada del nivel, especialmente en comprensión lectora y matemáticas]». Este acuerdo, sin embargo, aunque desde la consejería de Educación, en manos de la consejera Esther Niubó, defienden que se trata de una buena medida para revertir el mal estado del sistema, ha abierto una nueva brecha con el sindicato mayoritario de la comunidad educativa.
Desde USTEC denuncian que el presidente de la Generalitat ha optado por reunirse y establecer vínculos con la OCDE para paliar las carencias del sistema educativo catalán antes de escuchar las reclamaciones de los profesionales que trabajan diariamente en la escuela: «No es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) quien debe marcar el rumbo del sistema educativo del país. Somos los profesionales de la educación y la comunidad educativa, que conocen de primera mano sus necesidades y peculiaridades, quienes deben diseñarlo», asevera la portavoz nacional del sindicato mayoritario, Iolanda Segura. Para la sindicalista, unir fuerzas con la entidad que se encarga de organizar las pruebas PISA es hacer un giro hacia un modelo educativo «neoliberal» que fomenta la «competitividad» entre los alumnos: «Es especialmente preocupante que el gobierno catalán opte por externalizar el asesoramiento en políticas educativas en lugar de confiar en los profesionales de la educación, en las universidades públicas y en las organizaciones sindicales y asociaciones pedagógicas que conocen de primera mano las necesidades del sistema educativo catalán», apuntan desde USTEC.

El contenido del pacto, desconocido
En esta línea, desde el sindicato mayoritario del sector denuncian que continúa sin ser público el contenido del acuerdo sellado entre Salvador Illa y el presidente y director de Educación de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Andreas Schleicher. De hecho, el jefe del ejecutivo catalán se ha limitado a recordar que el acuerdo firmado no busca resultados «para pasado mañana», sino que pretende resolver las carencias del sistema con un horizonte de cuatro años vista. Es decir, que es una apuesta de futuro. Las palabras del inquilino del Palau de la Generalitat, sin embargo, no han tenido una buena acogida entre el sindicato mayoritario de educación: «Necesitamos políticas que refuercen la educación pública, reduzcan las ratios [una de las principales reclamaciones de la comunidad educativa], mejoren las condiciones laborales del profesorado y garanticen los recursos necesarios para atender a todos los alumnos», espeta Iolanda Segura. Es por este motivo, pues, que desde el sindicato mayoritario del sector exigen una reunión «urgente» con la titular de la cartera y el jefe del ejecutivo catalán para abordar los retos pendientes del sistema.
A pesar del malestar de la comunidad educativa debido al acuerdo firmado con la organización internacional, el presidente de la OCDE ha querido dejar claro esta misma mañana que Cataluña tiene las herramientas para conseguir buenos resultados educativos y ha añadido que para lograrlo hacen falta los docentes y profesionales del sistema educativo pero también familias implicadas. En esta línea, Schleicher se ha comprometido a compartir experiencias de éxito de otros países, indicaciones sobre cómo conseguir atraer a los mejores profesores y cómo hacer un buen uso de los recursos disponibles, ya que ha asegurado que desde la OCDE no pueden decir «exactamente qué necesita Cataluña». De momento, sin embargo, el presidente de la entidad internacional se ha comprometido a presentar un diagnóstico de la educación y una serie de recomendaciones a finales de este mismo año. Así pues, la comunidad educativa recibe con recelo el nuevo acuerdo del Gobierno para intentar revertir los malos resultados de la escuela catalana y paliar las carencias endémicas del sistema educativo.