La realidad muchas veces supera la ficción. Es lo que ha pasado en Génova, Italia, hace tan solo unos días, cuando la policía detuvo a un narcotraficante que se delató por tener demasiados clientes calvos en su peluquería del barrio de Foce. La policía empezó a sospechar de un peluquero que ganaba mucho dinero, pero que tenía muchos clientes sin pelo. Les alertó el hecho de que entraran y salieran muchos hombres de la peluquería, sobre todo hombres calvos que «probablemente no necesitaban cortarse el pelo» según un comunicado de la comandancia provincial de los Carabinieri.
Ante esta sospecha, montaron un dispositivo especial de vigilancia en la peluquería y pronto vieron que, en efecto, la peluquería era una tapadera para vender droga. El narcotraficante, de 55 años, fue detenido en la misma peluquería, situada en el barrio de Foce, en Génova. «Algunos clientes, de diferentes edades y profesiones, acudían a la peluquería únicamente con la intención de adquirir estupefacientes, mientras que otros combinaban el corte con la compra de una dosis o más«, recoge el comunicado de la policía, que ha confirmado la detención.

Un registro que confirma las sospechas por los clientes calvos
Antes de la detención, los agentes de los Carabinieri hicieron un registro dentro de la peluquería, donde encontraron ciento gramos de cocaína, cuatro básculas para pesar las dosis de los clientes y varios materiales para envasar la droga. El narcotraficante, además, tenía en casa suya una cantidad sin especificar de hachís. Después de la detención, la policía estableció una relación entre el peluquero y algunos reclusos de la prisión de Génova. Todo ello, una historia surrealista, dado que el negocio oculto del peluquero se destapó por la gran afluencia de clientes calvos a la barbería.