Cerca de un centenar de personas, convocadas por la Asamblea Nacional Catalana, se han concentrado esta mañana a las puertas del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en defensa de las pinturas murales de Sixena que la justicia española obliga a trasladar a Aragón. Una protesta pacífica y silenciosa que ha sorprendido a turistas y visitantes que recogían unos panfletos donde se explicaban las razones de la protesta. Además, una veintena de manifestantes han podido entrar a la sala donde se exponen las pinturas en riesgo para captar una imagen de la protesta más simbólica.

“Otro expolio, otro golpe” ha sido el lema en el que se ha basado la protesta, enfatizando que “el arte románico universal está en peligro” si, finalmente, las obras se trasladan. Por otro lado, los manifestantes cargan las tintas contra el Gobierno del presidente Salvador Illa y contra el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, a quien acusan de “no enfrentarse” a las instituciones y tribunales españoles para proteger las pinturas.

“Este nuevo expolio no es solo jurídico ni técnico, es un acto de catalanofobia e ideológico”, insisten los convocantes. De hecho, lo califican “de ataque contra Cataluña, avalado por la pasividad del Gobierno y el Estado español”. A la protesta han acudido el líder de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, la activista independentista histórica, Blanca Serra, el secretario nacional de la ANC, Julià de Jòdar o la conservadora del arte románico del MNAC, ya jubilada, Montserrat Pagès.

Activistas de la ANC en la protesta del MNAC/Quico Sallés
Activistas de la ANC en la protesta del MNAC/Quico Sallés

Carteles negros

La concentración ha comenzado puntualmente a las diez de la mañana, con un centenar de personas que iban vestidas con chalecos blancos estampados con el logo de la ANC. Además, blandían esteladas y unos carteles negros con diferentes mensajes que los turistas se apresuraban a preguntar, otros a hacer fotos y algunos a alejarse. De hecho, una de las activistas que repartía panfletos advertía a los turistas que “los papeles que daba no mordían” para hacer proselitismo del mensaje contra el traslado.

En los carteles que levantaban los concentrados se podían leer mensajes como “¡No es justicia, es venganza!”, “Sixena, patrimonio universal”, “Arte frágil, expolio irreversible” o “No traslado, no expolio, no sumisión”. Al final de la protesta, Pau de Ponts, ha leído un manifiesto contrario al traslado que consideran una destrucción.

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