Un total de 10.657 personas y más de medio centenar de entidades han firmado un manifiesto en defensa de que las pinturas murales de Sixena permanezcan en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). Un movimiento civil que se opone al traslado de las pinturas y que ha sido impulsado por el colectivo RevolucionemNos. Un documento que llega justo en la semana en que termina el plazo para presentar el escrito al juzgado de Huesca sobre las posibilidades del traslado y el posible calendario.
El documento se ha entregado esta mañana en el museo con una lectura pública de su contenido. Sus impulsores han avanzado que se enviará a la UNESCO y al Departamento de Cultura. Entre los firmantes se encuentran el expresidente de la Generalitat Quim Torra, la expresidenta del Parlament Laura Borràs, el diputado de Junts Agustí Colomines, el abogado Gonzalo Boye, la exdiputada de Junts Aurora Madaula, los actores Joel Joan, Toni Albà y Enric Majó, el periodista Enric Calpena, la activista histórica Blanca Serra y el periodista Llibert Ferri.

Desprotección del patrimonio
El manifiesto denuncia sin rodeos la desprotección del patrimonio histórico y artístico porque la consejería de Cultura y el Ministerio de Cultura han «abandonado las funciones que le son propias de salvaguarda y cuidado de las colecciones del MNAC«. Es decir, consideran que no ha mantenido una lucha legal contundente para evitar el expolio de las obras. El manifiesto carga contra los cambios de relato de Aragón sobre la historia de Sixena y la falta de garantías para preservar las obras que supondría el traslado al monasterio de los Monegros.
El texto critica «las mentiras reiteradas, elaboradas y difundidas por el mismo Ayuntamiento de Sixena y el gobierno de Aragón, en las que presentan a Josep Gudiol y su equipo como ladrones cuando, en realidad, gracias a ellos podemos contemplar hoy en día los restos testimoniales de las pinturas en litigio». Al mismo tiempo, denuncian «falta de imparcialidad de la jueza de Huesca quien, utilizando argumentos más que discutibles, emite resoluciones reiteradamente a favor de Aragón, menospreciando cualquier prueba presentada por el gobierno catalán o el mismo museo».
También alertan que las condiciones de conservación y mantenimiento en que estas pinturas han sido y son tratadas en el MNAC son «difícilmente reproducibles» en otro espacio. Así, no se están de calificar de «aberración» el traslado de las pinturas. «Un insulto a la historia y la evidente muestra de la saña colonial a la que estamos sometidos como nación», sentencian.