El presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha contraatacado todas las maniobras que el Partido Popular ha ejecutado en las últimas semanas en el Parlamento Europeo. En una carta enviada a todos los eurodiputados, el presidente asegura «completamente convencido» que si Juntos «hubiera permitido la investidura de Alberto Núñez Feijóo o impedido la de Pedro Sánchez» no hubiera habido la acusación de terrorismo del juez Manuel García-Castellón en la Audiencia Nacional. Aun así, Puigdemont acaba su misiva sentenciando que «como en la «trama rusa», todo se sabrá».
Esta carta de Puigdemont llega horas después de que la Eurocámara haya votado a favor de una resolución que pide investigar las «supuestas conexiones» entre eurodiputados catalanes y el gobierno ruso. Ante estas acusaciones, Puigdemont asegura en su escrito que «no ha existido ninguna trama rusa ni jefe connivencia con el régimen de Putin«. El eurodiputado atribuye el caso en «la guerra sucia» de «la policía patriótica, los jueces patrióticos y la corrupción sistémica del PP». Así, cree que el caso tiene «bastantes similitudes con la construcción de la teoría de la conspiración de los atentados del 11-M».
En su escrito, Puigdemont recordar que las acusaciones por terrorismo vinculadas a la creación del Tsunami Democràtic y el rescate de la trama rusa del proceso aparecieron, justamente, el mismo día que se anunció el pacto de investidura entre Junts y el PSOE. En esta línea, el presidente asegura que «el juez decidiera despertar el caso el mismo día que se tenía que anunciar el acuerdo político de investidura no es una casualidad» asegurando que ya hace años que la sociedad sabe -y acepta- hace años se sabe que algunos magistrados españoles «coordinan las agendas judiciales con las políticas».

Una investigación para atizar manifestaciones
A la vez, Puigdemont recuerda que el inicio de las diligencias desembocó en un gran debate político que acabó provocando «violentas manifestaciones» ante la sede del PSOE a Madrid con llamamientos «claramente golpistas» y una dura reacción de la derecha y la ultraderecha con llamamientos a la desobediencia incluidas. Fue en aquel momento donde el PP aprovechó para empezar a buscarle las cosquillas a Puigdemont usando de forma burda el Parlamento Europeo, usándolo «en el debate de una ley nacional que todavía se tenía que aprobar, y convertir la comparecencia de Pedro Sánchez en un espectáculo vergonzoso».
Finalmente, Puigdemont, asegura que «se fabrican conclusiones a partir de hechos que no tienen relación entre sí. Se crea suficiente verosimilitud porque alguien acabe comprando una mercancía averiada». A la vez, el presidente al exilio lamenta que «en esta estrategia se ha arrastrado también un Parlamento Europeo convertido cada día más en una caja de resonancia de las estrategias partidistas de las delegaciones nacionales, en lugar de velar por la democracia». «El PP ha conseguido imponer sus estándares a la mayoría conservadora europea y es una noticia funesta para el futuro de la UE», opina en la misiva a sus colegas en el Parlamento Europeo.