Una estelada de estrella blanca y una señera y una reproducción de su firma con el lema Una nueva ambición nacional han servido al presidente de ERC, Oriol Junqueras, para presentarse ya oficialmente como candidato a la presidencia de la Generalitat. Con el entendimiento, evidente, de que le apliquen la amnistía o bien un indulto sobre su inhabilitación por la condena por malversación por el 1-O, que aún está vigente. Este martes por la noche, Junqueras ha llenado la sala Oriol Martorell del Auditorio de Barcelona para recuperar una vieja tradición de la política catalana: explicarse y detallar su programa político a través de las conferencias. Según ERC, al acto han asistido 600 personas justo en la víspera del octavo aniversario del Primero de Octubre y diez años después de la victoria de Junts pel Sí.
Junqueras ha comenzado su intervención reflexionando sobre la prospección de la esperanza de vida y del miedo como motor de la historia. “Si el miedo se derivara de la inmigración no tendría sentido que haya habido episodios migratorios brutales y que no haya habido un movimiento de las derechas extremas, que también crecen donde no hay inmigración, en Hungría, Moldavia, Rumanía, o Bulgaria”, ha destacado. Una introducción que ha situado uno de los conceptos más manoseados por parte de la política, como es la inmigración, para relatar su apuesta. Cataluña, para Junqueras, no tiene un problema con la inmigración sino que lo tiene con la “desigualdad, la injusticia y los diferentes desequilibrios”.
Por todo ello ha reclamado un “nuevo acuerdo nacional para defender la democracia y el estado del bienestar”. En un marco de defensa del camino de la “plenitud de la nación” que justifica la reclamación de un nuevo sistema de financiación o un nuevo sistema de gobernanza del sistema aeroportuario. Objetivos que se plantean porque “somos una nación y no queremos renunciar a serlo”. “Necesitamos ser muchos, y muy fuertes, necesitamos enamorar, necesitamos que los que vienen de muy lejos no se sientan siempre de muy lejos, y sobre todo sus hijos que han nacido aquí, necesitamos recomponer la sociedad”, ha remarcado. Por eso, ha recordado que la mejora de la financiación o del transporte ayuda a “la gente, a las familias” y por tanto, es necesario que también se apunten para hacer un “tramo del camino” hacia la República catalana. Una remasterización del famoso concepto “ampliar la base”.

Pactos y más pactos
Para Junqueras, “este país necesita un nuevo pacto social, un pacto de rentas” que sirva para mejorar los salarios y evitar que la competitividad de la economía se base en salarios bajos. También ha incluido en este pacto, un marco de relaciones laborales propio y un salario mínimo catalán y un nuevo pacto entre los sindicatos y las patronales. También ha apoyado el logro de un pacto por la energía, apostando por energías renovables y centrales hidroeléctricas reversibles, o un nuevo pacto de la vivienda que incluya una reforma de las políticas de transporte y de rehabilitación de las viviendas. En la lista de acuerdos también ha insertado un pacto entre instituciones para centrar las políticas de defensa de la democracia, el estado del bienestar y la generación de recursos.
“El país genera más recursos de los recursos de los que dispone”, ha señalado. En esta línea, Junqueras, aunque ha definido los objetivos de la nueva financiación o la recaudación de los impuestos o la gestión ferroviaria “son batallas importantes pero no decisivas”. Por eso ha advertido que todo habrá terminado una vez se logren estos objetivos, porque las “competencias solo se pueden tener si tienes todo el poder institucional, y si no somos un estado siempre estaremos sujetos a las arbitrariedades del gobierno español, con toda certeza si son de PP y Vox, y a veces del PSOE”.
“Sin la aspiración de una independencia nadie se habría planteado un sistema diferente como modelo fiscal, o de gobernanza aeroportuaria, si se plantea es porque somos una nación y no queremos renunciar a serlo y no podemos permitirnos el lujo de dejar de serlo, y no nos resignaremos a ser menos que cualquier otra”, ha sentenciado. “Necesitamos un acuerdo para hacer este trabajo e ir más allá”, ha insistido. “Necesitamos mayorías muy amplias”, ha subrayado para apoyar un “acuerdo nacional indisolublemente ligado para defender la democracia y el estado del bienestar”.

¿Quién ha escuchado atentamente?
Un acto donde no solo había cuadros o dirigentes del partido, sino otros invitados de otros partidos políticos, sindicatos o entidades, como el portavoz de Junts, Josep Rius, del líder de Convergents, Germà Gordó, los secretarios generales de UGT, CCOO, USOC y de la Intersindical, Camil Ros, Belen López, Maria Recuero, Núria Herrera y Josep Maria Perelló, o incluso, los jefes de corrientes divergentes con su línea de dirección, como Xavier Martínez, del Colectivo Primero de Octubre o los eternos Joan Puig o Joan Tardà. También se han añadido, Lluïsa Moret (PSC), Candela López (Catalunya en Comú), Blai Taberner y Jordi Pujol Lizana (CUP), Guayarmina Saavedra (Podem Catalunya), Héctor Sánchez y Nora Sánchez (Comunistes de Catalunya).
También han asistido, Marta Garsaball (Òmnium Cultural), Jordi Fàbrega (AMI), Manuel Bueno (Súmate), Eudald Carbonell (Consell per la República), Dani Villalaín (Amnistia i Llibertat), David Minoves (Ciemen), Oriol Puig (Acció Catalana), Jordi Farré (COETTC), Xavier Trabado (Taula del Tercer Sector), Miquel Camps (PIMEC), Benet Maimí (Foment del Treball), Ana Gómez (Dignitat a les Vies), Elisenda Puig (Amics de La Bressola), Alberto Martín (Plataforma d’Entitats LGTBI de Catalunya), y los rectores de la UCE, Jordi Casassas y como miembro del claustro de la UPEC, Jordi Serrano.
ERC no ha fallado a Junqueras y en las filas de invitados estaban el presidente Pere Aragonès, los congresistas y diputados, Gabriel Rufián, Teresa Jordà, Josep Maria Jové, Ester Capella, Jordi Albert, Ana Balsera; la vicepresidenta del Parlamento, Raquel Sans, y los exconsejeros Joan Ignasi Elena, Teresa Jordà, Chakir El Homrani, Juli Fernández, Carles Campuzano, Meritxell Serret, Manel Balcells, Tània Verge, Natàlia Mas, Carles Mundó, Josep Bargalló y Laura Vilagrà. Y históricos como el presidente Ernest Benach, Joan Puigcercós, Joan Ridao y Carme Forcadell.