«Tenemos que mirar por la ventana cada mañana para comprobar si ya han disparado la ojiva nuclear». Este es uno de los comentarios en El Món de uno de los que ha sido, hasta ahora, un nombre fuerte en la Federación Regional de ERC en la Cataluña Central. Fue allí, conjuntamente con Girona, donde se preparó el manifiesto anti Junqueras después del fiasco electoral del 12 de mayo. Un documento que marcó un antes y un después en la fratricida guerra civil que ha vivido la formación los últimos meses en el enfrentamiento por obtener la dirección, que ha ganado Oriol Junqueras en una votación a dos vueltas.
El equipo de Junqueras, integrado en Militància Decidim, ya hace tiempo que ha tomado las medidas y la topografía de la formación en todos los rincones del país. De hecho, la campaña la comenzaron en verano y pudieron establecer bases y comandantes en cada plaza. Una estrategia pensada por Lluís Salvadó, de ahí su apodo de «el emir de la Ràpita«, director general del partido y gran arquitecto universal del aparato del junquerismo.
Una vez descontada la segunda parte del congreso, que ven bastante bien encarada, el junquerismo quiere establecer lo que se llama el «control efectivo del territorio». Es decir, dominar el verdadero poder de un partido de tradición municipalista como es ERC, el poder territorial a través de las estructuras comarcales y federativas. Es la médula de la formación. El lugar donde los partidos catalanes tienen la infantería y les garantiza la logística electoral. El binomio Junqueras-Salvador sabe perfectamente que es necesario tener bien alineada la potente estructura territorial de ERC para tener la maquinaria del partido en perfecto estado de revista. Por ello, consideran absolutamente imprescindible preparar y asegurar el tiro para afrontar los congresos de federación y comarcales previstos entre abril y mayo.

Los congresos territoriales, la madre de todas las batallas
Después de la elección de la dirección, la siguiente fase del congreso es la asamblea donde se deben aprobar las ponencias estratégica y organizativa. Una batalla que el junquerismo tiene más o menos controlada después de la derrota de su oposición integrada en Nova Esquerra Nacional y después de algunas sonoras y súbitas conversiones. El único factor disonante es Foc Nou, que quiere aprovechar el congreso para poner negro sobre blanco sus peticiones en la ponencia estratégica y en la ponencia que debe definir los futuros estatutos del partido, con debates como si el presidente de la formación también puede ser candidato a cargos institucionales. Unos posicionamientos que puede compartir con un buen número de integrantes del NEN, pero también de Militància Decidim.
Una vez superada esta pantalla, llega el quid de la cuestión. Se trata de la batalla por el control territorial. Una vez hecho el desembarco, hay que ir paso a paso y comarca por comarca. De hecho, el junquerismo ya tiene callos en los pies de tanto rondar por el país los últimos meses y tiene una buena plantilla para afrontar el reto de dominar el entramado territorial, respetando sus idiosincrasias propias. Una estrategia que pasa también por buscar nombres y sistemas que vuelvan a coordinar Calàbria y el país. Sobre todo, una estructura pensada para evitar que por conseguir dos concejales más en el área metropolitana pierdan bueyes y esquilas en el Berguedà o en la Noguera. De ahí que el junquerismo dude en pasear mucho a la nueva secretaria general, Elisenda Alamany, por según qué comarca.

Girona, un punto a reconquistar
La geografía catalana, ya de por sí arrugada, se complica en la vida de los partidos. De hecho, Junqueras siempre recuerda que estamos en el país donde hay dos Pallars, y uno de ellos se define como «Sobirà». Un ejemplo de lo que es su conciencia de que la situación no será fácil porque hay territorios donde se puede tropezar, si no hace los deberes, con bolsas de resistencia. Dos de las federaciones más complicadas para el junquerismo son Girona y la Cataluña Central, hasta ahora dominadas por factótums de Nova Esquerra Nacional. En Girona, la regional está presidida por Pau Presas y la diputada Laia Cañigueral es la secretaria general. Dos nombres relacionados con NEN, pero bastante hábiles para comer con Junqueras cuando en verano organizó un acto de precampaña de la mano del exalcalde de Roses Joan Plana, uno de los hombres fuertes del flamante presidente de ERC al norte del Principado.
En las comarcas de Girona, sin embargo, la batalla ya ha comenzado con uno de los puntales de la campaña de Junqueras, el exalcalde de Sant Julià de Ramis Marc Puigtió. Fue el único alcalde que llevó a la Guardia Civil a juicio ante la Audiencia Nacional por los destrozos que perpetraron en el pabellón municipal donde estaba el colegio electoral del Primer de Octubre. Puigtió ha ido al grano y ha convocado para el 9 de enero un acto en Girona para presentar Moviment Gironí. Una plataforma que pretende «unir esfuerzos para construir un futuro mejor para nuestra ciudad». Es decir, un acto de preparación de campaña.

La batalla de la Cataluña Central
Uno de los otros puntos calientes será la Cataluña Central, cuna de Marta Rovira. Una zona orgánicamente dominada por miembros de NEN, como el alcalde de Manresa, Marc Aloy, la exconsejera Laura Vilagrà -que sabe más por veterana que por diablo y ya ha plegado velas-, la presidenta regional, Mariona Homs, o Maria Balasch, de máxima confianza de Marta Rovira y líder de ERC en Vic, una ciudad donde ERC siempre se ha atragantado con la apisonadora preconvergente, convergente y posconvergente. La campaña, sin embargo, ha demostrado que Junqueras tiene tropa en la Cataluña Central, con el alcalde de Sallent, Oriol Ribalta, el exalcalde de Solsona David Rodríguez, hombre bastante respetado por las familias republicanas, el alcalde de Cardona, Ferran Estruch, del círculo íntimo de Gabriel Rufián, o un alcalde con más vidas que un gato como es Jordi Fàbrega, de Sant Pere de Torelló, que obtuvo el carnet de militante el mismo día que Junqueras.
Hay que tener presente que en la Cataluña Central también está Eloi Hernàndez, alcalde de Fonollosa, el único alcalde del núcleo de la ejecutiva de Pere Aragonès, presidente del Consejo Comarcal del Bages y un tipo bastante querido por la dedicación y el trabajo realizado hasta ahora. Hernàndez ha sido muy crítico con la estrategia de Militància Decidim, pero Junqueras sabe que no están las cosas para desplazar alcaldes que ganan elecciones sin bajar del autocar. Uno de los hombres que marcará el camino de Junqueras en la Cataluña Central es Lluís Oliveras, un veterano militante y exdirigente del partido, empresario y un gran bailarín del baile de gitanas, que siempre ha estado moviendo las cerezas pero sin ostentar ningún cargo público de importancia.
Otro de los nombres será Marc Aloy, que mantiene la alcaldía más importante que tiene ERC en estos momentos. Era uno de los tótems de NEN, pero es una figura bastante relevante y con bastante gancho electoral para consolidar una plaza de 80,000 habitantes, con una gestión municipal correcta a pesar de un consistorio complicado. Gobierna con los restos del PDeCAT y con el PSC de Anjo Valentí, un concejal de la vieja escuela socialista y, por tanto, con bastante destreza y oficio para no meter ni al partido, ni a la ciudad, ni a la coalición en líos. En la Cataluña Central también está Alba Camps, del Berguedà, y ex número dos de NEN y a quien, por cuestiones obvias, no se le dibuja ningún gran papel en la actual ERC. Por cierto, la Cataluña Central es donde militan el exconsejero Josep Huguet, Joan Puigcercós o Francesc Codina que participaron en los actos de apoyo a NEN de la vieja guardia.

Terres de l’Ebre marca el camino y Tarragona estremece
Si hay una zona absolutamente pacificada es Terres de l’Ebre. De hecho, muchos de los militantes coinciden en decir en El Món, que, a partir de ahora «los del sur os mataremos a todos». Es el cuartel general del emir de la Ràpita, Lluís Salvadó. Se podría decir que en las Terres de l’Ebre no hay ninguna piedra que no conozca Salvadó. De hecho, posiblemente las ha puesto todas él. Por ejemplo, fue el encargado de fichar para Militància Decidim al alcalde de Amposta, Adam Tomàs, uno de los nombres con más futuro de los republicanos, o Norma Pujol, concejala en Flix y diputada en el Congreso, uno de los referentes del junquerismo en las comarcas del Ebro. De hecho, algunos apostaban por Pujol como secretaria general, como otros lo hacían por Laila El Gamouchi, concejala de Olot, una auténtica candidata revelación de la campaña.
El Camp de Tarragona, sin embargo, ya son higos de otro costal. Y uno de los lugares donde la demolición puede ser más fuerte. Pau Ricomà, exalcalde de Tarragona, se enfrentó directamente a Militància Decidim y reprochó a Junqueras su talante vaticanista; por ejemplo, en su falta de posicionamiento sobre la investidura de Salvador Illa. La presidenta de la Federación tarraconense, Esther Alberich, lo tiene complicado para repetir porque fue una de las voces más destacadas de NEN. También pertenece a la misma federación Raquel Sans, que apuntaba maneras para ser la candidata de NEN para enfrentarse con Junqueras, pero a pesar de la preparación previa, al final se optó por el veterano Xavier Godàs. Junqueras también intentará hacer limpieza en el campo tarraconense, donde tiene nombres como Carles Castillo, que proviene del PSC o Jordi Salvador, diputado en el Congreso, o Laura Castel, senadora.

Zonas más tranquilas y la sorpresa de Barcelona
La federación del Baix Llobregat ha cerrado filas con Junqueras aunque siempre ha sido monitorada por Xavier Vendrell. Actualmente, el presidente es Eduard Suárez, que fue el encargado de abrir el mitin de Junqueras en Olesa de Montserrat y celebró un acto de apoyo a Junqueras con casi 400 militantes. También es miembro destacado del partido en esta zona Jordi Albert, alias «el Farruquito«, un hiperactivo diputado que apunta maneras para ser una de las figuras destacadas del grupo parlamentario.
En Lleida, el terreno será más duro. Es un territorio complicado donde ya en el último congreso se presentaron tres listas. Pero Junqueras cuenta con Bernat Solé, el exalcalde de Agramunt, represaliado por el Primer de Octubre y exconsejero. En cuanto al Maresme y los Vallesos, Junqueras no teme una gran batalla. Pero en el País Valencià la cosa es bastante más complicada debido a un sonado caso de acoso que está en los tribunales y la presencia de nombres históricos como el de Agustí Cerdà, que han hecho apuestas muy claras por NEN. En las Islas y la Cataluña Norte, la representación es casi irrelevante.
En cuanto al Alt Pirineu y Aran, Junqueras tiene aliados como Miriam Lamolla, actual presidenta de la federación y que ya ha sido nombrada nueva secretaria de Municipios Pequeños y Entidades Municipales Descentralizadas. En el Penedès hay bastante paz, salvo en la comarca de la Anoia, uno de los bastiones más contrarios al Junquerismo y donde hay uno de los núcleos perpetradores de las campañas B. Cambios de líder en las municipales en varios núcleos importantes de la comarca, como la misma capital, Igualada, provocaron una revolución que se hizo notar en las elecciones del 30 de noviembre y del 14 de diciembre.
La Federación de Barcelona que, en el pasado congreso, ya se mostró bastante dividida entre los de Elisenda Alamany y los de Patricia Gomà, aliada de Ester Capella, orgánicamente no debería haber ningún problema, porque ahora las dos facciones han apoyado al junquerismo. Sin embargo, si de algo tienen fama los militantes de Barcelona es de no creer ciegamente en los liderazgos orgánicos. La prueba fue la última asamblea para decidir si se entraba en el gobierno del socialista Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona, que se tuvo que suspender por la participación masiva de la tropa. Una crisis que se podría repetir porque en Barcelona la militancia tiene fama de «punky» y hay distritos donde Alfred Bosch tiene mucho ascendiente.
Así pues, el congreso de ERC de verdad, llegará entre abril y mayo del año entrante.