Felipe VI ha reivindicado este viernes el “método” de la Transición y apostar por el “diálogo” y el “respeto” ahora que el “desacuerdo se expresa con crispación”. El rey español, que ha participado en la ceremonia de imposición del Toisón de Oro a la reina Sofía, el expresidente Felipe González y los constitucionalistas Miguel Herrero y Miquel Roca, ha apelado al espíritu de la Transición minimizando las referencias a su padre, Juan Carlos I, que en el año 2020 huyó a Abu Dhabi por sus problemas con la justicia y la mala relación con la Casa Real. Tampoco ha hecho mención de la guerra civil que se vive en las entrañas del poder de Madrid tras la condena del fiscal general ni de la situación del PP y el PSOE, los dos grandes supervivientes de la Transición que están salpicados por numerosos casos de corrupción. En el acto también han participado Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Salvador Illa, entre otros. Ante todos ellos, Felipe VI ha reivindicado el papel de la Corona en el camino hacia la democracia y ha remarcado que, aunque “no fue perfecta”, la Transición priorizó la reconciliación y el bien común.

El monarca español ha recordado los esfuerzos por abrir el Estado a la “convivencia democrática” y ha insistido en que la Transición era la mejor opción que había en aquel momento para pasar página de la dictadura. “Los que entonces éramos muy jóvenes vimos cómo el país comenzaba a transformarse poco a poco gracias a decisiones responsables, gestos valientes y cesiones de unos y otros”. Además, ha asegurado que las personas nacidas con la democracia ya “consolidada” no pueden “llegar a hacerse una idea” de la transformación que sufrió España tras la muerte de Franco. “La firme voluntad de la Corona contribuyó decisivamente a abrir el camino hacia la democracia en nuestro país”, ha dicho sin mencionar, una vez más, el nombre de su padre, de quien solo ha mencionado su nombre en dos ocasiones. “La monarquía asumió un papel claramente activo”, ha añadido.

Felipe VI ha destacado que la Casa Real sirvió de “catalizador clave” para “encauzar y orientar” el proceso de transición hacia la democracia. “No fue un proceso sencillo ni espontáneo; fue progresivo, incierto, con riesgos y abierto en sus resultados. Cada paso estuvo precedido por conversaciones, pactos y concesiones”, ha subrayado. “Se conciliaron el deseo de cambio con el orden legal existente”, ha manifestado. En cambio, sí ha tenido palabras amables para su madre, la Reina Sofía, de quien ha elogiado el “servicio ejemplar” que prestó a España y a la Corona, en especial por haber apoyado a Juan Carlos I, a quien, eso sí, ha agradecido su “acertada y rápida apuesta por la apertura democrática” del país. A juicio del rey español, el Toisón de Oro se asocia «a una Corona comprometida con el servicio a la nación, que fundamenta en ese compromiso su razón de ser”, un vínculo que su padre ya no podría encarnar porque “la monarquía reafirma su sentido cuando la ejemplaridad se traduce en un ejercicio constante de coherencia con los principios y valores de la sociedad a la que sirve”.

Franco nombra sucesor a Juan Carlos en 1969 / Europa Press

Juan Carlos I, el protagonista de la Transición que habla demasiado

Juan Carlos I, que no ha sido invitado al acto oficial, pero sí al almuerzo posterior, se vanagloriaba hace unas semanas de que Franco lo hizo rey para tener un “régimen más abierto”. El rey español emérito recordó que, durante dos años, tuvo “todos los poderes: el poder de indultar o de refrendar la pena de muerte. No tuve que hacerlo, gracias a Dios, ya que si entonces hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”. También habló del golpe de estado del 23-F de 1981 y del papel de su “amigo” fallecido Alfonso Armada, que hizo creer que estaba implicado. “No hubo un golpe, sino tres”, asegura. “El golpe de Tejero, el de Armada y el de los diputados próximos al franquismo. Alfonso Armada estuvo 17 años a mi lado. Lo quería mucho y me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”.

En sucesivas entrevistas también ha hablado de Corina, de su mala relación con Letizia, de infidelidades y de hijos ilegítimos, toda una declaración de intenciones en el año en que se conmemora el 50º aniversario de la muerte de Franco, la restauración de la democracia y de la monarquía y, en el cual, además, ha publicado sus memorias en Francia.

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