«No es que me falten ganas para iniciar una moción de censura; es que me faltan votos«, ha tenido que reconocer el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ante los empresarios catalanes. El bloque de oposición a la «deriva económica, legislativa y ética» que el líder conservador ve en el gobierno español no es lo suficientemente amplio para elegir un nuevo inquilino para la Moncloa, ni siquiera para formar un ejecutivo instrumental y convocar elecciones. Vistos sus límites, Feijóo se ha girado hacia Foment del Treball para intentar animar a los grandes empresarios del país. Todo esto, con la esperanza de que «los suyos» -en referencia a Junts per Catalunya, que entiende como aliados de la patronal que preside Josep Sánchez Llibre– se sumen a su iniciativa. Para atraer a la formación independentista, ha dejado un compromiso de doble filo: «convocar elecciones para que decidan los españoles».
Aun así, Feijóo ha dejado claro, incluso ante Foment, que no está dispuesto a buscar ningún acercamiento con Junts ni con ningún partido catalán. Lejos de buscar una mayoría con los de Carles Puigdemont, el presidente popular ha alertado que «no podrá comprometerse a cosas que no podrá cumplir, ni considera oportuno cumplir». Ha reivindicado algunos ámbitos en los que, a su entender, «está de acuerdo» con Junts, desde la vivienda hasta la política fiscal, pasando por la seguridad ciudadana y el «descontrol migratorio». Fuera del listado, sin embargo, han quedado cuestiones como la aplicación de la ley de amnistía, la financiación singular o la mejora de las competencias de la Generalitat; factores todos ellos que explican la ruptura entre Puigdemont y el presidente español, Pedro Sánchez.
Para cerrar la brecha, Feijóo ha apelado a la voluntad empresarial, ante un Foment que ha sido muy crítico con algunas de las medidas clave de la Moncloa, especialmente en materia laboral. «En esta sala seguro que hay muchas personas que han votado Junts, no sé si habrá quienes han votado ERC, pero estoy convencido de que la mayoría no comparte la deriva que está siguiendo el gobierno», ha argumentado. Ha recurrido, para convencerlos, a los últimos fracasos parlamentarios y judiciales del ejecutivo.

La votación fallida para establecer los objetivos de estabilidad fiscal, «decisiva» a los ojos del líder de la oposición española, habría demostrado la «precariedad parlamentaria total» que sufre Sánchez; mientras que los escándalos judiciales, especialmente el caso que implica al exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, provocan que el presidente español esté «inhabilitado para gobernar». «Sánchez y Ábalos tienen muchas cosas en común y muchas cosas por callar», ha indicado; solo un día después de la entrada en prisión del que fuera ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del ejecutivo del Partido Socialista. Contra el pobre estado de salud del ejecutivo, Feijóo ha llamado a «recuperar la ambición», en un momento en que «la decadencia del Gobierno ha rebajado las expectativas de la nación» -la española-.
Demandas empresariales
En su intervención, Sánchez Llibre ha reiterado las demandas históricas del empresariado del país, sin aceptar el guante de Feijóo. Ante el líder de la oposición, el líder patronal ha exigido que «el Estado invierta lo que realmente corresponde a Cataluña» para mejorar las deterioradas infraestructuras del país. «Si Cataluña no recibe las inversiones necesarias para modernizarse, tampoco avanzaremos económicamente», ha criticado Sánchez Llibre. De esta manera, el presidente de Foment ha continuado la campaña que la patronal ha sostenido en los últimos meses, desde la presentación de su último manifiesto empresarial; y que tuvo su punto álgido en el discurso del empresario en la gala de entrega de los premios Carles Ferrer Salat, celebrada el pasado martes en el Teatre Nacional de Catalunya.

