Tarragona, capital calle Ferraz. Así podría empezar el relato del mitin que ha celebrado el PSC a Tarragona este mediodía. Este mediodía, el estado mayor del PSC sabía que la bastante política y mediática se encontraba en la sede del PSOE a raíz de la celebración del comité federal. Un cónclave que ha sido una misa concelebrada en apoyo de Pedro Sánchez ante una virtual dimisión este lunes de la presidencia española.
Miles de simpatizantes socialistas y todo el hierro de la formación, cuadros y bases de la formación han mostrado su cerrado apoyo a la continuidad de Sánchez a la Moncloa, en una concentración ante la sede socialista y a través de declaraciones públicas u opiniones expresadas en el magma político de la red. Salvador Illa ha querido participar en el comité federal y ha suspendido su presencia al mitin de Tarragona. Por cierto, el candidato socialista al 12-M ha estado de mis aplaudidos en su intervención ante el sanedrín del socialismo español. De hecho, los ha pedido que «llamen a sus conocidos y familiares» en Cataluña para movilizarlos el 12 de mayo.
Pero el público tarraconense no ha añorado el discurso de Illa ante la salsa

Contra las «derechas, derechísimas»
Zapatero se ha ensartado al atril después de las intervenciones de rigor y previsibles del alcalde y de la jefa de filas. Ha empezado fuerte y ha reivindicado la concentración de Ferraz. «No estamos por sentimentalismo ni por militancia, no… sino por indignación», ha exclamado. El expresidente ha puesto en entredicho el patriotismo de las «derechas derechísimas». «El patriotismo es nuestro!», ha remarcado. Aixó sí «un patriotismo democrático» que se alimenta de la «política democrática, como lo son la mayoría de los españoles, respetuosos, educados y elegantes». Ha ironizado sobre las críticas de las derechas a la concentración de Ferraz. «Dicen que hacemos populismo y dividimos España», ha recordado para reprochar que desde el 23 de julio se manifiestan a Ferraz con «rosarios y todo!». «Ellos que siempre defendían la familia, con los Obispos que montaban manifestaciones por la ley que aprobamos de familias, y ahora mira que hacen con la familia de Pedro, podría salido algún obispo ahora no?», ha cargado.
En el mismo sentido, ha hecho memoria que el próximo año hará 50 años de la muerte del dictador Franco – «y los jueces siguen allá», ha gritado un espontáneo del público-. Un recordatorio que le ha servido para relacionar con tacto y habilidad las «extremas derechas camufladas» con el franquismo. «Os imagináis que habría dado de sí este país sin dictadura?», ha planteado. Una vez tenía el público embelesado, ha rebajado el timbre de voz para narrar una fosa común que ha visitado a tocar de Granada. Ha descrito el cadáver con dos balas en el jefe, o costureras enterradas, o cadáveres con un cuaderno. Un panorama que le ha dado pie a reivindicar un «gobierno decente que cumpla con el dolor de las familias y que en España no haya ninguna fosa común». Uno de los puntos fuertes que más reivindican los ejecutivos de Pedro Sánchez.
Zapatero ha vuelto a defender de manera ostentosa el reconocimiento del Estado palestino, la subida del salario mínimo y del feminismo. «Hace falta un gobierno autónomo que le diga a la banca y a las eléctricas que se los pone un impuesto extraordinario», ha exigido. En la misma línea ha valorado la estrategia de pacificación en Cataluña donde, ha dicho, se ha pasado «de la angustia a la esperanza» con Illa y Sánchez. «A mí las derechas me ayudaron poco, nunca son recíprocos y nunca dan la mano a pesar de tú se los hayas dado, ni con la pandemia, ni con la crisis de Ucrania ni con Cataluña, ni aunque sea por el interés general», ha reprochado para recordar que el PSOE de Pedro Sánchez apoyó a la aplicación del 155. Zapatero continúa haciendo de policía bueno y tiñendo de izquierda el relato del PSC uniendo la decisión de Sánchez a la campaña de Illa.