Las declaraciones de ayer al atardecer de Pere Aragonès en las cuales marcaba uno «precio» para una posible investidura de Pedro Sánchez continúan levantando cola. Después de los reproches que propició el secretario general de Junts, Jordi Turull, sobre las condiciones de los republicanos, este jueves los cupaires también se han querido añadir. Desde la CUP consideran que el «precio» marcado por Aragonés «hace retroceder el país a los tiempos de Convergència i Unió (CiU)». El principal lamento de la cabeza de lista de los anticapitalistas por Barcelona, Albert Botran, es que en ningún momento se apueste abiertamente por la autodeterminación en estas condiciones de investidura. «Nuestro país cambió el 2017, probó la libertad y este es el umbral a partir del cual se tiene que construir», arrecia Botran.
En una entrevista que ha concedido esta mañana a la agencia EFE, Botran también ha criticado los términos que usaron los republicanos para hablar sobre la posibilidad de investir Sánchez. Desde la CUP consideran que «poner precio» para revalidar un gobierno de coalición entre socialistas y Sumar es desvirtuar lo que realmente comporta una investidura: «No estamos hablando de una transacción comercial, sino de hacer valer unos derechos políticos», espeta.
Los anticapitalistas continúan marcando una línea roja muy clara para hablar de investiduras: un referéndum de autodeterminación. Es por este motivo que consideran que conformarse con «continuar unas negociaciones» en las cuales «ni siquiera se ha permitido hablar de esta cuestión» es un claro retroceso de posiciones. En este sentido, desde la CUP también han criticado la manera como han usado desde Junts el referéndum, planteándolo como una herramienta de bloqueo. «Poner las urnas no es un crimen, no queremos bloquear nada sino desbloquear la soberanía de nuestro país», asegura la cabeza de lista por Girona, Mireia Vehí.

El Procés sigue vivo
Vehí afirma también que es un error por parte de la Moncloa no contemplar un referéndum para decidir el futuro de Cataluña, puesto que considera que el Procés continúa vivo: «Han diagnosticado 85 veces la muerte del proceso y este pueblo hace siglos que hay un conflicto nacional. Nos preguntamos si el PSOE y Sumar están dispuestos a regalar el país a la extrema derecha antes de que poner las urnas», sentencia.