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Los campesinos reclaman ayudas inmediatas para evitar la «muerte» del campo

Los campesinos catalanes reclaman ayudas inmediatas para paliar los efectos del cierre del canal de Urgell y del de Segarra-Garrigues para evitar la “muerte” del sector agrario. Los agricultores de Poniente se han manifestado en Barcelona antes de reunirse con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, a quien han explicado las graves consecuencias que tienen sobre las cosechas las restricciones de riego que se han impuesto por la sequía. Los manifestantes exigen a la Generalitat que active nuevas líneas de ayudas y que las administraciones gestionen mejor el agua para evitar que se pierdan los cultivos.

El portavoz de la Plataforma Manifest del Gran Urgell, Jaume Perera, ha advertido que el sector agrario está ante una “muerte anunciada” si no se aprueban medidas urgentes. “Hace falta una solución de país”, ha dicho, puesto que la falta de agua provocada por la sequía «no es solo un problema del sector agrícola”, sino que afecta a toda la ciudadanía y a las empresas. Perera ha recordado que, a pesar de que Cataluña es autosuficiente desde un punto de vista alimentario, si continúa la falta de lluvias podría desaparecer buena parte del sector agrario del país.

Aragonés se reúne con representantes del sector agrario / ACN

Si desaparece el sector agrario se notará en el súper

«Dependeremos de los alimentos que vengan de fuera, las multinacionales llegarán y adquirirán nuestras fincas, plantarán lo que quieran y marcarán los precios que los dé la gana, y lo notaréis en el súper, cuando queráis una barra de pan o un kilo de fruta”, ha insistido. Los campesinos de Poniente se han agrupado alrededor de la Plataforma Manifiesto del Grande Urgell para hacerse sentir en la Generalitat. Este miércoles han salido desde Golmés (Pla d’Urgell) en caravana y se ha desplazado hasta Barcelona, donde también tienen previsto protestar ante la sede de la Comisión Europea en la capital catalana.

Manifestación de los campesinos para reclamar ayudas por la sequía / ACN

Las reservas al límite de los embalses de Rialb y Oliana, junto a la falta continuada de lluvias en los últimos dos años, ha obligado a cerrar el canal de Urgell por primera vez en 161 años. La decisión, tanto inédita como controvertida, ha obligado a los campesinos a buscar alternativas para regar y salvar las cosechas y cultivos. La falta de agua ya se nota en la alfalfa y los frutales.

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