El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha visitado este lunes la estación de Gavà para comprobar el estado de la avería que ha afectado la línea R2 sur y varias líneas regionales. Lo ha hecho acompañado del consejero de Territorio, Juli Fernàndez, el director general de conservación de Adif, Àngel Contreras y la directora de Cercanías, Mayte Castillo. En una comparecencia posterior a la visita, Aragonés ha lamentado que esta incidencia se ha producido por las «décadas de falta de inversión», cosa que Adif niega. «No ha sido una prioridad política de los gobiernos españoles, de los de antes y del de ahora», ha denunciado. El presidente cree que la situación es «inaceptable» y ha recordado que las continuas incidencias en Cercanías provocan «una alteración absoluta del funcionamiento» y grandes molestias para los usuarios.

Un tren de Cercanías llega a la estación de Flaçà | ACN (Aleix Freixas)
Un tren de Cercanías llega a la estación de Flaçà | ACN (Aleix Freixas)

«Alianza de país» para reclamar el traspaso de Cercanías

Aragonés ya propuso sábado una «alianza de país» entre administraciones, partidos y entidades para exigir en el gobierno español el traspaso de Cercanías. En un artículo publicado en el Diario Ahora, el presidente propuso articular este frente común «a partir del 29 de mayo». «A pesar de que no tendría que ser así, dejamos pasar las elecciones municipales si esto tiene que facilitar el consenso», escribió. Según Aragonés la clave es «persistir, persistir y persistir» para conseguir el traspaso y exigirlo «con toda la decisión y con una sola voz».

«La normalidad cotidiana que desgraciadamente sufren cada día miles de ciudadanos evidencia que Cercanías no es fiable sino del todo deficiente», lamentó Aragonés en este artículo donde recordó que «en los cuatro primeros meses del año solo ha habido veintidós días sin incidencias técnicas». Por eso el presidente considera Cercanías «un servicio vergonzoso que hace perder calidad de vida a la ciudadanía, que resta competitividad a la economía y que no favorece el fomento del transporte público y sostenible, del determinando para combatir el cambio climático».

«No es que no se construyan nuevas líneas para hacer llegar el servicio por todas partes, conectar mejor el país y ofrecer nuevas oportunidades a la ciudadanía –que es del todo imprescindible–; es que, encima, durante décadas no se han cuidado las infraestructuras instaladas, y se han dejado deteriorar de forma sistemática», concluyó.

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