Juanra Bonet es una de las caras más conocidas de los concursos de televisión. El presentador catalán, que saltó a la fama con programas como Boom o Caiga quien caiga, regresa este 2025 a Antena 3 con Traitors, un reality que divide a un grupo de concursantes entre traidores y fieles. La dinámica es muy similar a La jugada de Maquiavel de TV3, un concurso de estrategia en el que las identidades ocultas pueden servir para colaborar y sumar un bote común, o, por otro lado, fastidiar a los compañeros.
Este lunes ha sido el primer invitado de la semana en El Hormiguero, donde ha promocionado su nuevo proyecto. Sin embargo, su anécdota de hace una década con Leticia ha sido la gran protagonista de la noche.

Un encuentro vergonzoso
El presentador catalán ha recordado la metedura de pata, cuando llevaba poco tiempo en la cadena. Visiblemente avergonzado, Juanra ha explicado, ante la insistencia de Pablo Motos, qué pasó con la esposa de Felipe VI. Organizaron un evento por los veinticinco años de Antena 3, cuando Bonet acababa de unirse al equipo de la cadena. Felipe y Leticia estaban entre los invitados y Juanra Bonet, viendo que había un grupo de personas hablando con la royal española, se acercó para hablar. «Me la presentan y empieza una conversación casual. Entonces, me olvido completamente de que era la reina».

El ‘lapsus’ de Juanra Bonet
El momento incómodo, sin embargo, se traslada a la despedida. Leticia les explicó que se marchaba porque al día siguiente tenía un congreso y ante el interés que había mostrado el catalán, ella lo «invitó». La respuesta de Juanra Bonet fue instantánea: «Claro, dame una llamada perdida». Aunque ella se despidió, sin saber muy bien si había entendido la broma, su compañero Manel Fuentes se lo quedó mirando «como si fuera tonto». Ahora bien, ¿qué solución cree que ha encontrado? «El año pasado lo arreglé porque imité a Bárbara Rey en Tu cara me suena«, ha explicado muerto de vergüenza, mencionando a una de las amantes más polémicas de Juan Carlos I. Sea como sea, es una situación que normaliza el trato con los miembros de la casa real, que, al fin y al cabo, son personas normales.