Dulceida comenzó a triunfar como influencer gracias a su extrema naturalidad. La reina de las creadoras de contenido ha mostrado absolutamente todo de su vida y eso le han agradecido los millones de fans que se han enganchado a sus aventuras. Últimamente, ha hecho un cambio de chip porque es ella quien controla qué comparte y, sobre todo, hasta dónde. Lo ha llegado a pasar muy mal por culpa de la presión de los seguidores y ahora se sincera sobre el tema en una entrevista muy íntima en el pódcast de Vicky Martín Berrocal.
«He llegado a sentirme muy vulnerable, como si mi vida fuera de otras personas. Antes sentía que estaba obligada a compartir qué hacía en todo momento y a dónde iba. Cuando veo los vídeos en los que 3,000 personas me perseguían por la calle… Lo disfruté mucho, pero era una locura y mi madre me ha tenido que decir que pusiera los pies en la tierra varias veces. Este fin de semana he estado en una casa rural con las amigas, por ejemplo, pues no he dicho en qué pueblo estábamos y dije que estaba allí un día después de llegar».
Ahora que es madre, siente mucho más miedo y está más concienciada de que debe protegerse para también cuidarse a sí misma. Por ejemplo, nunca ha querido compartir fotografías de la cara de la niña. Ha explicado que una de las revistas más grandes de España le propuso hacer una portada con Aria, pero ella se negó incluso cuando le dijeron que podía salir de espalda: «Habría sido mi sueño, pero no es el de ella y tenía claro que no lo haría».
Los peores momentos de Dulceida, al descubierto
Dulceida ha vivido dos años muy complicados, cuando rompió con Alba Paul y coincidió con la muerte de su abuela: «Cuando lo dejamos, nos decíamos muchas veces que no podíamos vivir sin la otra y ahora he aprendido que sí, pero que no queremos hacerlo. Fueron dos años muy tóxicos, la verdad. Llegué a sufrir mucho, no me veía capaz ni de salir de la cama… pero no me arrepiento de nada porque, ese año, me enseñó muchas cosas. Fue terrorífico porque dejé de ser yo y vivía en una montaña rusa permanente, pero maduré de golpe«.
También ha recordado, por ejemplo, el momento en que se vio superada por la situación cuando su marca de ropa comenzó a vender muchísimo: «Teníamos muchas ventas, hasta el punto que de manera online solo vendía más el Zara. Sin embargo, los gastos se dispararon y se hizo evidente que yo no entendía de este mundo. Tuvimos que cerrar».
Alba y ella siempre se están discutiendo, reconoce, ya que son dos mujeres de carácter «explosivo»: «Esta misma mañana hemos discutido por una tontería, pero nos damos un beso y se nos pasa. La verdad es que ella es mi calma, mi chica… a quien me conecta el hilo rojo indestructible. Estamos hechas la una para la otra, el mundo ya sabía que estaríamos juntas y no me imagino la vida sin ella».

Dulceida da detalles de la vida como madre
Juntas han sido madres de la pequeña Aria, una niña «increíble» y «muy terremoto«. Dulceida tenía muy romantizado el embarazo y, una vez lo vivió, se dio cuenta de que se acaba haciendo largo y que tiene cosas malas. Ahora que ha pasado un tiempo, sin embargo, siente muchísimas ganas de volverlo a vivir: «Nunca me he visto tan guapa y radiante, además, me sentía como una diosa. Y el parto… es tan increíble». Y eso que el suyo no fue uno de esos partos rápidos y fáciles, precisamente: «Fueron muchísimas horas, tuve que acabar poniéndome la epidural cuando no quería al principio, fue terrorífico y acabó en cesárea cuando a mí me daba pánico. Pero me parece un sentimiento tan salvaje que me parece loco porque lo pasé muy mal, pero lo haría muchas más veces».
El amor que siente hacia la hija es inexplicable, el amor más puro que solo una madre puede sentir: «Me parece increíble, el amor de madre es lo más grande. Cada día que la cojo en brazos lo pienso, que la hemos hecho nosotros y es una maravilla«. La maternidad no es un camino de rosas, por eso, sobre todo para las madres trabajadoras: «Siempre que salgo de casa me siento mal por dejarla y me juzgo mucho a mí misma, pero me repito constantemente que soy la mejor madre para ella«.

Los complejos físicos de Dulceida, explicados por ella misma
En esta entrevista, la influencer ha reconocido que ha llegado a tener un complejo físico muy grande con su pecho. Siempre tuvo mucho y no le gustaba verse en el espejo: «He llegado a llorar al verme… Muchos me decían Aida la tetona, de hecho, imagínate. Cuando mantenía relaciones sexuales no me quitaba el sujetador, llegaba a ese punto». Por eso, decidió operarse y se redujo unas cuantas tallas. Durante el embarazo volvieron a crecer y los miedos regresaron, pero ahora se le han desinflado y ha decidido que volverá a pasar por quirófano después de un segundo embarazo que desea que llegue pronto.

