Mario Vargas Llosa está enfermo y, al parecer, su estado más grave de lo que la familia quiere reconocer públicamente. A sus 88 años, cualquier enfermedad puede llegar a ser preocupante. A principios de año, de hecho, se filtró a la prensa que había recibido malas noticias del médico y que había necesitado ser ingresado en el hospital. Sus hijos lo negaron, pero el premio Nobel admitió a algunos periodistas con quienes tiene amistad que, efectivamente, tenía un problema de salud «muy complicado» que todavía no se sabe muy bien de qué se trata. Han hecho muchos esfuerzos porque no se sepa qué es lo que tiene exactamente, pero no debe de ser nada bueno si realmente quieren ocultarlo tanto.
Hace pocos días, algunos testigos lo vieron paseando por Madrid en compañía de su hijo Gonzalo. Todas las personas que coincidieron con él avisaron que se lo veía mucho más delgado y desmejorado, un titular que no tranquiliza precisamente. Y es que llegaron a hablar de «problemas de movilidad» y «desorientación» que hacen más reales los rumores que lo están rodeando desde hace un tiempo.

Los hijos de Mario Vargas Llosa intentan ocultar la enfermedad del escritor
En el último programa de
Esta actitud de la familia ha indignado en el plató del programa: «Creo que una persona como Mario con el dinero que ha ganado y lo que ha sido podría estar mejor cuidado. Le han hecho andar en pleno mediodía en medio de la ola de calor y ahora lo hacen coger un vuelo transoceánico cuando podría estar en otro lugar. Han querido hacer ver que está fenomenal mientras le hacen fotos, pero no es verdad que lo esté«. En otro momento reciente, parece que sus acompañantes lo habrían tapado bajo un paraguas para evitar que le hicieran fotos: «Es ridículo e innecesario».
No queda claro qué enfermedad puede tener o si, simplemente, son varios problemas de salud típicos de su edad. De momento, todo queda en una incógnita que no se sabe si resolverán pronto u optarán por mantener en secreto algo más.