Tamara Falcó e Íñigo Onieva están a punto de disfrutar de la primera Navidad como casados. Este tendría que ser un momento muy tierno y especial, pero en su caso ha llegado acompañado de unas cuantas discusiones. La relación no empezó nada bien si tenemos en cuenta que el empresario le puso los cuernos y tuvo que reconquistarla. Sorprendentemente, ella lo perdonó y acabaron celebrando una boda multitudinaria y carísima. Desde que volvieran de la luna de miel, que la prensa se ha centrado en curiosear sobre el ático que se han comprado y sus planes de ampliar la familia. Que ahora haya confesado ella misma que tienen problemas gusta a sus detractores, está claro.
Parece que les ha costado mucho ponerse de acuerdo sobre la distribución de las fiestas de Navidad. Hasta ahora, cada uno las había celebrado siempre con sus respectivas familias. El 2023, sin embargo, lo despedirán como matrimonio y quieren repartirse como se hace habitualmente. ¿Cuál ha sido el problema? Que Tamara Falcó no quiere renunciar a pasar las fiestas con los suyos y esto ha acabado siendo un motivo de disputa: «Yo creía que siempre pasaría la Navidad con mi familia y ahora, después de casarme, resulta que tengo que compartir», lamenta como si nunca se hubiera planteado que esta sería la opción justa y lógica.

Es normal que cada miembro de la pareja quiera pasar más días con los suyos que con la familia política, pero por eso se tiene que llegar a acuerdos para hacerlo equitativo. Este no es el caso de la marquesa, que habría dejado claro a Íñigo que estas fiestas no habrá distribución que valga: «Este año hemos decidido pasar todos los días con mi familia porque, a finales de año, haremos un viaje todos juntos. Pasaremos la Navidad en Miami en casa de mi hermana Chábeli y en la de Enrique«. El
«Nosotros discutimos por un montón de cosas y, entre ellas, esto de ver dónde pasaremos las fiestas. Yo he dejado claro que quiero que las pasemos con mi familia e Íñigo no quería, que al menos quiere que hagamos un año con cada familia. Sé que la suya ahora también es la mía, pero me parece ilógico no tener a mi madre y a mis hermanas la nochebuena. Hemos decidido que este 24 de diciembre me toca a mí«, ha espetado en unas declaraciones en la revista
Tamara Falcó habla del tratamiento de fertilidad que está siguiendo
El matrimonio está centrado en una búsqueda de embarazo muy deseada y los periodistas del corazón no hacen más que preguntarles al respeto. Esta semana, de hecho, la marquesa de Griñón en habla en dos entrevistas que protagonizan las portadas de la revista


Desde hace unos meses, que se están sometiendo a un tratamiento de fertilidad en una clínica muy exclusiva de Madrid. A sus 42 años, no quiere esperar más y confía que pueda tener un hijo pronto: «Si viene el bebé será porque Dios habrá querido y seremos superfelices en familia. Yo tengo fe total en Él, pero no sé si llegará… De momento estamos viviendo un momento muy bonito del matrimonio, el que nos está reforzando como pareja».