Miki Núñez se ha convertido en uno de los presentadores preferidos de los directivos de TV3 o, al menos, eso sugieren todos los programas que le están dando últimamente. El cantante, que se hizo famoso en Operación Triunfo, está ligado a Eufòria desde el principio, presentará las campanadas por tercer año consecutivo y también está al frente del concurso Zenit. Ahora, han querido entrevistarlo en el InfoK del SX3 para conocerlo un poco más y el artista les ha deleitado con titulares muy íntimos y personales.
El programa juvenil estaba haciendo un programa especial sobre la presión estética y han contado con su testimonio, muy sincero y duro porque Miki ha revelado que sufrió un trastorno alimentario cuando solo era un niño. Lo pasó realmente mal, así que ha querido compartir su experiencia para intentar ayudar a otros chicos y chicas que puedan encontrarse en una situación similar.
«No me sentía muy a gusto con lo que veía en el espejo cuando me miraba sin camiseta o desnudo. Pensaba que no estaba bien, dentro de mí sentía que no gustaría a la gente y siempre estaba preocupado de qué podía enseñar y qué mostraba si llevaba una prenda de ropa u otra. Eso estaba todo el tiempo dentro de mi cabeza…», ha lamentado. El caso de la comida también era complicado porque no tenía control, comía compulsivamente: «Yo sabía que engordaría si comía mucho, pero no sabía que podía comer cosas sanas y entonces no lo haría».
Miki Núñez explica si ha superado del todo los problemas con su cuerpo
Por suerte, sus padres estuvieron a su lado en este momento complicado y pudo explicarles lo que le pasaba. Los tres pidieron cita al nutricionista, a la dietista y al psicólogo: «Con esta combinación maravillosa empecé a hacer deporte y a interesarme sobre qué era comer bien«. Miki pudo relajarlo un poco, también gracias al apoyo de sus amigos: «Mis amigos me entendían y me ayudaban si me veían preocupado cuando íbamos a cenar».
«Las enfermedades mentales son algo muy difícil de controlar porque no se ven. Cuando te rompes un brazo, rápidamente te ponen un yeso y se soluciona muy rápidamente. Ahora bien, con las cosas de la cabeza no te pueden poner uno y tampoco hacer nada que sea físico como tal. Se tiene que tratar de otras maneras», ha añadido. La música le ha servido como una terapia, además: «Me ha servido para explicar cómo me he sentido y para decirme a mí mismo que tengo que estar tranquilo porque el tiempo lo cura todo».
Ahora que ha superado este mal rato, aprovecha para enviar un mensaje a los niños que estén atravesando lo mismo que experimentó él: «A mí me habría gustado mucho que un adulto me dijera que puedes ser como quieras ser dentro de unos parámetros sanos, tengas más grasa o menos». Y cambiar esta situación no tiene que ser sinónimo de tomar medidas drásticas como dejar de comer, eso lo ha dejado claro: «Has de tener un mínimo control y pedir a gente profesional que te ayude para sentirte mejor«.

Aún no se siente bien completamente, ya que este es un proceso muy largo. Eso sí, confía en que llegará el día en que se sienta contento al 100%: «No estoy bien del todo, pero estoy mucho mejor«.