Jaime Lorente vio cómo su vida daba un giro de 180 grados gracias a su papel en La casa de papel. Denver, uno de los personajes más caóticos y desenfrenados de esta serie de Netflix, lo convirtió en uno de los actores más seguidos por los fanáticos de la ficción española. Esta exposición mediática también terminó afectando su salud mental, tal como explicó en una entrevista del programa Salvados en el año 2022, admitiendo que «había tocado fondo». La fama tiene partes positivas y negativas, pero para él, la reputación de la serie lo acabó convirtiendo «en una persona triste». Ahora, sin embargo, ha querido abrirse de nuevo para hablar sobre su fe por primera vez.
Su relación con la fe
El actor murciano ha participado en el pódcast El Cafetal con Josué Moreno, un espacio de conversación en el que ha compartido unas declaraciones muy íntimas sobre su relación con Dios, sus orígenes, las crisis personales y la fe. Explica que proviene de una familia muy creyente, aunque él recuperó esa fe con los años después de pasar por una etapa complicada. «Volví a una serie de valores que mis padres me inculcaron. He tenido la suerte de que Dios en mi casa era una certeza», expresa el actor. Es la primera vez que habla abiertamente de esta característica personal, unas declaraciones que han sorprendido a los seguidores del protagonista de Locomía.

Visiblemente emocionado, ha explicado cómo la relación entre sus padres le ha ayudado a salir de las dificultades de un año muy oscuro. «Entiendo a la gente que se ha sentido herida por el catolicismo y se han hecho cosas terribles, pero ¿cómo de inviable es poder reencontrarnos?», apunta. Incluso, revela que ha «negado más de una vez su fe» y la relación con Dios. «Tenía miedo de que me encasillaran, que me insultaran o no me aceptaran porque me consideraban de un bando político».
El Jaime Lorente más íntimo: un año revelador para el actor
El actor de Netflix repasa cómo el año ha sido «revelador» para él. «He visto cómo la fe tiene una capacidad de mover, cambiar, y que una familia puede ser sólida. Este año eso lo he visto en mí. No es tener fe en algo que no ves, es que la ves realmente, para mí no hay duda, la fe te cambia profundamente y te toca el corazón», expresa. Con su esposa Marta, con quien tiene dos hijos, ha construido «una familia que lucha por sí misma desde el amor», además de admitir que Dios forma parte de su día a día.
«No hay día que no me vaya a dormir sin haber leído la Biblia. Todo el día estoy conversando con Él». Ha estado dos o tres años luchando «contra un monstruo que no podía vencer» y la fe le ha podido ayudar a ver una nueva visión. En definitiva, una entrevista muy íntima e inesperada, que ha mostrado una de las facetas más desconocidas del actor que se catapultó a la fama gracias a La casa de papel.


