Juan Carlos de Borbón vive de lo mejor en su palacio de cristal en Abu Dabi mientras que el resto de la familia encadena un acto oficial tras otro. Felipe y Letizia no lo han pasado muy bien en la visita a Paiporta, ya que los vecinos les han recriminado que fueran a la zona cero de la DANA simplemente a hacerse la fotografía. Los han insultado y les han llegado a lanzar barro, lo que ha resultado en una imagen insólita que nunca se había visto. Algunos han querido saber qué opina el emérito de todo esto, él que permanece castigado a más de 7,000 km.
Aquella misma noche, Juan Carlos disfrutaba de una cena en un club muy exclusivo de Londres con sus nietos Miguel y Irene Urdangarin. La relación con el hijo no atraviesa su mejor momento ni mucho menos, pero eso no impide que le haya generado mucho malestar toda esta situación. No habría sido agradable para él ver al hijo sufrir en medio de un grupo de personas furiosas. Según la información a la que ha tenido acceso Monarquía Confidencial, sus fuentes más cercanas aseguran que el antiguo monarca está «muy indignado«.


¿Qué ha dicho Juan Carlos de Borbón sobre los insultos a Felipe y Letizia?
Dicen que Juan Carlos «no ha entendido» la recepción de los valencianos a los reyes Felipe y Letizia: «El emérito ha expresado su rechazo hacia la actitud violenta que mostraron los vecinos en Paiporta porque la intención de los reyes era mostrarles su solidaridad«. Juan Carlos ha mostrado, en estos ámbitos privados, su «indignación» al ver el trato que ha recibido el hijo durante la visita a Paiporta.
Considera que los reyes «no tienen la culpa» de nada, «simplemente quisieron mostrarles su apoyo y compartir el dolor de los valencianos». Al padre del rey le llegaron algunos videos del momento que vivió su hijo «y no dio crédito a lo que estaba viendo«, añaden. De hecho, habría llegado a expresar «cierta frustración» por la situación que ha tenido que vivir su heredero.

Sería sorprendente que Juan Carlos de Borbón se alegrara de este momento incómodo del hijo y la nuera, pero no podemos olvidar que todos sus amigos confirman que se siente desplazado y que no entiende por qué el hijo lo mantiene aislado de todo y de todos. No se ven prácticamente nunca, ni siquiera en sus viajes a España, y son muchas las fuentes que aseguran que tampoco hablan por teléfono. La situación es complicada, pero el emérito ha puesto el grito en el cielo por el trato que ha tenido que soportar Felipe.