Sofía de Borbón estaría de lo más contenta en su nueva vida fuera de palacio. La hija pequeña de Felipe VI y Letizia se ha ido a vivir a Gales, al internado privado y carísimo en el que también estuvo su hermana Leonor durante dos años. Un mes después del traslado, se ha filtrado información sobre un ritual de iniciación que tendría que haber superado la infanta española.
Lo ha explicado la misma escuela a través de su perfil de Instagram, en el que comparten qué hacen todos los niños ricos que cursan el Bachillerato Internacional en este castillo. ¿Y de qué se trata? Básicamente, organizan un acontecimiento en el que reúnen a todos los alumnos nuevos para permitirles que se conozcan mejor entre ellos. En las imágenes se ve a varios estudiantes hablando entre ellos y dicen que estaban compartiendo «historias personales» con los compañeros.

Sofía de Borbón habla de la vida como hija de un rey con los compañeros de escuela
Sofía de Borbón no aparece en ninguna de estas fotografías tomadas en la biblioteca de la escuela, pero dicen que todos los alumnos habrían participado y se da por sentado que ella también entra dentro de este saco. Desde la revista
El centro ha aplaudido «la valentía» de los alumnos que se han sincerado sobre sus vidas privadas con los compañeros: «Han asumido el papel de un libro que se abre y explica historias personales significativas a los otros. Estas historias van desde el crecimiento personal y las dificultades que han vivido hasta el activismo juvenil o avances en la sostenibilidad. Muy bien hecho».
Una iniciativa con la que el centro permite que los alumnos interactúen más allá de las clases y las habitaciones que tienen que compartir. De momento, no se han filtrado muchos detalles sobre su rutina o los amigos que habría hecho. Eso sí, se lió cuando se supo que un grupo de vecinos del pueblo habrían criticado la actitud de algunos alumnos que hacían «mucho alboroto» cuando visitaban la localidad en sus horas libres. Rápidamente, el equipo de comunicación del colegio reaccionó y negaron que estas acusaciones fueran ciertas porque los chicos y chicas que estudian allí tienen «una hora límite» para estar en la calle y resulta «imposible» que molesten los ciudadanos con escándalo por las noches.