La relación entre los hermanos Borbones ha pasado por diversas etapas. Desde que Felipe y Letizia asumieron el lugar de Juan Carlos I tras su abdicación, han intentado cerrarse y evitar el ruido para mantener una imagen más correcta de los royals españoles. Una situación complicada teniendo en cuenta los escándalos que han salpicado a su familia en los últimos años. Más allá del exilio personal del emérito, su vida en Abu Dabi y la serie de acciones legales que ha emprendido contra Corinna y Miguel Ángel Revilla, hay dos personas de la familia que también se han alejado.
Las infantas Elena y Cristina han quedado en un segundo plano, a pesar de los pequeños acercamientos entre los hermanos en los últimos años. Ahora bien, el escándalo del caso Nóos marcó un antes y un después y la Zarzuela ha decidido mantener firme su decisión. Según ha podido saber Monarquía Confidencial, Cristina de Borbón continuará alejada de los actos oficiales «de carácter social o cultural» y «apartada de la agenda institucional de la Casa Real».

Una de cal y otra de arena para las hermanas
Aunque Cristina ha participado en algunos actos públicos, como es el caso del evento de la Fundación La Caixa hace un año, parece que Felipe VI todavía quiere mantener las distancias para intentar blindar la imagen de los monarcas españoles. Según las informaciones que ha compartido el citado medio, Elena mantiene su presencia en los actos, «reafirmando su papel dentro del círculo oficial». El hecho de que Cristina acabara declarando ante el juzgado por el caso de su exmarido, el exduque de Palma Iñaki Urdangarin, supuso una mancha en el expediente que quieren evitar.

Las fuentes del medio explican que Felipe VI «mantiene su voluntad de preservar la relación familiar, que poco a poco se ha ido reconduciendo, prefiriendo mantener la estabilidad dentro del núcleo privado sin alterar el funcionamiento institucional». Hace un tiempo que se habla de la relación entre Letizia y Felipe con las infantas, que a pesar de algunos acercamientos esporádicos, se ha ido enfriando, evitando situaciones que puedan ser controvertidas. Esta decisión de la Zarzuela, por tanto, demuestra una vez más que la imagen parece que va por delante de la familia.