Los tambores de guerra suenan con fuerza en la Franja de Gaza. Después de varios días de bombardeos, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, en sus siglas en inglés) ultiman los preparativos para una invasión terrestre a gran escala para borrar del mapa a Hamas. Uno de los portavoces del ejército israelí, Jonathan Conricus, ha informado que una vez las IDF han recuperado el control del sur del país y han reconstruido la valla de seguridad alrededor de la Franja, ha llegado el momento del contraataque.

Miles de soldados se han concentrado en las últimas horas en la frontera, esperando la orden del primer ministro, Benjamin Netanyahu, para iniciar una de las operaciones militares más complejas en la historia de Israel. El objetivo de la ofensiva es asegurar que al “final de la guerra Hamas no tiene ninguna capacidad militar con la cual amenazar o asesinar israelíes”, ha añadido Conricus. El inicio de los preparativos para la invasión terrestre llega en medio de la creciente indignación de la sociedad israelí, que clama venganza. A medida que aparecen imágenes y relatos de las matanzas de Hamas, cada vez hay más voces que piden al gobierno de Netanyahu que depure responsabilidades por los graves errores de los servicios de seguridad e inteligencia del país.

Palestinos buscan supervivientes en un edificio en escombros de la Franja de Gaza / Europa Press/Contacto/Ahmed Zakot

Más de 2.000 muertos y se destapan nuevas atrocidades

El ataque sorpresa de las milicias islamistas durante el fin de semana ha dejado al menos 1.200 israelíes muertos. En las últimas horas, el ejército ha podido entrar en varios kibutz del sur del país y han destapado escenas terribles de las incursiones de Hamás: ejecuciones sumarias, familias enteras masacradas y casas quemadas. Los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza han provocado la muerte de 950 personas, entre los cuales hay al menos 140 niños. También hay más de un millar de combatientes islamistas muertos durante los combates con el ejército israelí, según estimaciones de las IDF.

Soldados israelíes trasladando bolsas de cadáveres / Europa Press

Tanto las Naciones Unidas como la Unión Europea han advertido a Israel que el “asedio total” que prepara sobre la Franja de Gaza es contrario al Derecho Internacional y reclaman al gobierno de Netanyahu que abra corredores humanitarios para evacuar civiles y permita la entrada de alimentos, combustible y medicamentos. Fuentes de la ONU estiman que los bombardeos de Israel —muchos sobre edificios residenciales con el pretexto de que Hamás los utiliza como base de operaciones— han desplazado a unos 200.000 palestinos y amenazan con agravar aún más la crisis humanitaria en la Franja de Gaza.

Israel, en la boca del lobo

Una invasión terrestre de la Franja de Gaza es un movimiento arriesgado por parte de Israel. Hamás asegura que están a punto para hacer frente a las tropas israelíes. En los últimos años, las milicias islamistas han mejorado su preparación, con más armas y nuevas tecnologías como drones, y son conscientes que la superioridad del ejército israelí se basa en su fuerza aérea, pero que es más débil en los combates urbanos y la lucha terrestre. Hamás dispone de posiciones defensivas y depósitos de armas preparados en toda la Franja de Gaza y una red de túneles para mover combatientes y suministros que les puede permitir resistir el tiempo suficiente para que el balance de víctimas civiles y militares sea tan alto que Israel no tenga más remedio que retirarse.

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