El Tribunal de Apelaciones de París ha concedido la libertad provisional, con control judicial, al expresidente francés Nicolas Sarkozy, que entró en la prisión hace apenas tres semanas para cumplir una pena de cinco años por haber recibido financiación ilegal desde Libia durante la campaña de las presidenciales de 2007. El tribunal ha aceptado la petición de la defensa de Sarkozy, que solicitaba su libertad mientras la justicia francesa resuelve su recurso. Entre otras restricciones, el tribunal le ha prohibido salir del país y hablar con testigos del caso o con funcionarios de justicia. Tampoco puede ponerse en contacto con el ministro de Justicia y antiguo compañero de partido, Gérald Darmanin, que lo ha visitado en prisión.
La decisión del tribunal llega después de que la misma Fiscalía hubiera solicitado la liberación de Sarkozy bajo diversas condiciones, la mayoría de las cuales han sido aceptadas. Se espera que el recurso del expresidente francés se resuelva a lo largo de 2026 y será entonces cuando Sarkozy sabrá si debe volver a ingresar en prisión. El movimiento se produce 20 días después de que Sarkozy ingresara en la prisión de La Santé, en París. El expresidente salió de casa acompañado de su pareja, Carla Bruni, y fue aclamado por decenas de seguidores. Unos días antes se había reunido con el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el Elíseo.
Sarkozy ha comparecido en la vista por videoconferencia y ha asegurado que “nunca admitirá” haber solicitado financiación al entonces líder de Libia, Moammar al-Gaddafi. El expresidente francés ha relatado que estar en prisión es una “experiencia terrible”. Ingresó en prisión el pasado 21 de octubre y ha denunciado ser víctima de un “escándalo judicial” que ha “humillado” a Francia. Es el primer presidente francés que entra en prisión, aunque de momento solo durante tres semanas, y siempre ha asegurado que se trata de una persecución política contra él.

