El bloque comunitario ha conseguido este jueves un acuerdo sobre el nuevo mecanismo de crisis que obligará a los gobiernos a apoyar en la acogida de refugiados a los países desbordados. Este acuerdo, a la práctica, significa que los socios de la Unión Europea podrán pagar a otros países para que se queden los refugiados y así evitar tener que acogerles. Por lo tanto, con este pacto se entierran las cuotas obligatorias de reubicación que había hasta ahora y se aplica la «solidaridad a la carta», que prevé diferentes formas de compensación para evitar la reubicación en su territorio.
El documento no recoge referencias a deportaciones «patrocinadas» cómo había planteado la Comisión Europea, pero sí que ofrece muchas alternativas para los países que no acepten la acogida de demandantes de asilo. Por ejemplo, pagar compensaciones para pagar la acogida en el país de llegada o para financiar deportaciones.
Un acuerdo ‘in extremis’ que compra la propuesta de la presidencia española
Los ministros del Interior de la UE han llegado a este acuerdo este jueves a pesar de que no ha habido unanimidad. Aun así, sí que hay apoyo suficiente para adoptar el último borrador que presentó la presidencia española de turno este miércoles por la noche. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que hay una «mayoría incuestionable» que apoya a esta versión y ha informado el resto de socios que el dosier pasa en manos de los embajadores para que acaben el proceso.
Los veintisiete han debatido este acuerdo durante toda la mañana de este jueves y la intervención de la ministra alemana Nancy Faese ha sido clave, puesto que Alemania era uno de los países que había vallado la iniciativa. Esto, a la práctica, ha supuesto asegurar una mayoría cualificada para salir adelante la medida. Una vez aprobada este acuerdo, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo negociarán la versión definitiva del Pacto de Migración y Asilo, que tiene que estar cerrado antes de que acabe la legislatura el próximo junio del 2024.