Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 17 de diciembre de 1936 – Roma, 21 de abril de 2025), conocido como el papa Francisco en honor a Francisco de Asís, ha muerto a los 88 años en Roma. El Papa llevaba semanas luchando contra una infección respiratoria y una neumonía bilateral que hicieron que el líder de la Iglesia católica requiriera ser hospitalizado en el Hospital Universitario Agostino Gemelli desde el pasado 14 de febrero. Francisco ha dirigido la Iglesia católica durante más de 10 años (desde 2013 cuando sustituyó a Benedicto XVI) y es la primera muerte de un Sumo Pontífice en activo desde la muerte de Juan Pablo II.

Nacido en el barrio de Flores de Buenos Aires, el papa Francisco fue el menor de cinco hijos provenientes de una familia de inmigrantes italianos que se trasladaron hasta Argentina en 1928. Hijo de un empleado ferroviario y una ama de casa, la vida de Bergoglio y su mandato papal han estado muy marcados por un carácter progresista y ‘aperturismo’ dentro de la Iglesia católica en aspectos como el suicidio, la homosexualidad o los conflictos armados (especialmente en Gaza y Ucrania). Su llegada a la Santa Sede supuso un hito histórico, ya que se convirtió en el primer Santo Padre de la orden de los Jesuitas, el primero de procedencia hispanoamericana o americana en general, y el primer papa de habla castellana.

Última intervención pública

El líder de la Iglesia católica hizo una última intervención ante los fieles el pasado domingo desde la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Francisco impartió la bendición urbi et orbi a los asistentes por la Pascua, e hizo un llamado a la paz y el desarme, especialmente significativo en medio de una nueva carrera militar entre las principales potencias globales. En concreto, reclamó el cese de las hostilidades de Israel contra la población palestina, así como advirtió de un «creciente clima de antisemitismo» a raíz de la guerra en Oriente Medio. También alertó a los gobernantes de los peligros de su discurso bélico: «La paz no es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme», argumentaba el pontífice.

Antes de la intervención desde San Pedro, Francisco mantuvo un breve encuentro con el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, que las autoridades vaticanas definieron como un «coloquio cordial». Vance, católico converso -se adhirió a la Iglesia romana en 2019- se reunió con el Papa después de haber mantenido una reunión con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y el secretario de Relaciones con los Estados y los Organismos Internacionales del pequeño país, el arzobispo Paul Gallagher. La Santa Sede ha sido veladamente crítica con la política internacional del presidente estadounidense, Donald Trump, y el mismo Parolin declaró al medio italiano La Reppublica que la aproximación de la nueva Casa Blanca es «muy diferente» de la que desearían encontrar, especialmente en cuestiones como la inmigración.

Una vida ligada a la Iglesia católica

El que muchos años después sería el papa Francisco ya sufrió una grave infección respiratoria cuando tenía 17 años, un problema de salud que causó que le extirparan una parte del pulmón. Cuatro años más tarde (1957) Francisco decidió comenzar la vida como sacerdote y se licenció en humanidades y filosofía y teología. No fue hasta 1969 que Francisco fue ordenado sacerdote por parte del arzobispo emérito de Córdoba (Argentina). Desde aquel momento Francisco desarrolló una importante actividad eclesiástica incluso durante la dictadura militar argentina (1976-1983). Precisamente durante esa época se acusó a Francisco de ser cómplice del secuestro de los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976, pero en 2013, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, publicó un libro en el que se relata que Francisco ayudó a huir o esconder opositores de la dictadura militar argentina. En 1992 volvió a dar un paso más dentro de la Iglesia católica y fue ordenado obispo de Oca, cargo que ostentó hasta 1997 cuando fue nombrado arzobispo de Buenos Aires.

Fue en 2013, después de que Benedicto XVIII dimitiera del cargo por su avanzada edad, cuando durante el segundo día del cónclave de 2013 fue elegido papa a las 16:09, suponiendo un hecho histórico dentro de la Santa Madre Iglesia.

El Papa Francisco durante un viaje reciente a Hungría / Europa Press/Contacto

Sede vacante y el entierro de Francisco

La muerte de Francisco supone que la Iglesia católica entra de lleno en el período de sede vacante, el tiempo que transcurre entre la muerte o destitución del Santo Padre y la elección de un nuevo papa, un tramo en el que nadie asume las funciones del Santo Padre y cesan todos los «ministros» del Vaticano. El cardenal camarlengo convocará a los cardenales para el cónclave para la elección del nuevo pontífice. El día señalado por el cardenal camarlengo comienza el cónclave y suele ser entre los 15 y 20 días después de la muerte del papa, aunque puede variar en función de la proximidad a Roma de todos los cardenales. El Camarlengo Kevin Joseph Farrell (Dublín, 2 de septiembre de 1947) será quien se encargue de constatar la muerte del Sumo Pontífice y sellar la cámara y el estudio del pontífice.

En el caso de Francisco, el Santo Padre dejó por escrito cómo debía ser su entierro. Concretamente, Francisco ha señalado que su cuerpo no se exponga en catafalco en la basílica de San Pedro, sino en un ataúd abierto, de madera con el interior de zinc y que ya no será triple como antes, eliminando así la tradición de depositar a los papas en tres ataúdes de ciprés, plomo y roble. No es la única ‘tradición papal’ que Francisco ha eliminado, ya que no se celebrará la vigilia «privada» para altos cargos eclesiásticos antes de la exposición pública. Francisco ha señalado que sus restos deben ser expuestos en un féretro abierto y que se cierre la vigilia de la misa exequial. Además, Francisco también ha dejado por escrito que debe ser sepultado en Santa María La Mayor y no en la cripta vaticana.

Comparte

Icona de pantalla completa