El gobierno de Benjamin Netanyahu ha deportado a 171 integrantes más de la Flotilla Global Summud a Grecia y Eslovaquia, entre los cuales está la activista Greta Thunberg y ciudadanos de cinco países europeos más. El ministerio de defensa del gobierno israelí también ha anunciado la deportación inminente del resto de activistas que salieron de Barcelona, que volarán esta noche a los aeropuertos de Madrid, Bilbao y Barcelona. Todos ellos se suman a los primeros integrantes de la Flotilla que aterrizaron el domingo en Cataluña, entre los cuales estaba la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el actual concejal republicano Jordi Coronas. Ambos han criticado el «trato denigrante» de las autoridades israelíes durante los cuatro días que han estado retenidos.

En su comunicado, replicado en diferentes agencias, el estado israelí detalla que aún no deportará a una de las activistas españolas que formaba parte de la misión humanitaria, a quien acusa de «morder» a una persona del cuerpo médico en la prisión de Ketziot, donde han estado retenidos. El gobierno de Netanyahu asegura que la policía intervino después de que la activista se rebelara «de regreso de una revisión médica rutinaria como parte de los preparativos para su deportación prevista para mañana». El mismo ministerio afirma, en todo caso, que la supuesta mordida solo ha causado «heridas leves».

La diputada de la CUP Pilar Castillejo y el miembro del secretariado nacional de la formación anticapitalista Adrià Plazas figuran en la lista de activistas que retornarán a Barcelona esta noche.

Israel defiende el abordaje

Israel ha acusado a los activistas de mentir e insiste en que «todos los derechos legales» de los participantes de este «acto de relaciones públicas» han sido respetados. «Las mentiras que están difundiendo son una campaña de noticias falsas preplanificada», ha tuiteado el ministerio de Exteriores en las redes sociales. El ejecutivo de Netanyahu ha pedido a sus ciudadanos «no creer» en las denuncias públicas sobre el trato recibido y califica a los integrantes de la Flotilla de «provocadores».

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau dirigiéndose a uno de los barcos de la Flotilla que intentó llegar a Gaza | Eli Don (ACN)

Al pisar Barcelona, después de hacer escala en Madrid, Colau cuestionó el «secuestro ilegal» de los activistas de la Flotilla y ha descrito un panorama desolador y con ataques psicológicos. La exalcaldesa ha explicado que el patio de la prisión tenía una imagen de Gaza devastada por los bombardeos y que el trato policial ha sido siempre «violento y agresivo». El concejal Jordi Coronas, capitán de una de las embarcaciones, ha relatado momentos complicados del abordaje, con los barcos de la armada israelí sin luces y apuntando contra las embarcaciones de la Flotilla.

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