Revés diplomático para España en la cumbre de Londres entre funcionarios de la Unión Europea (UE) y el Reino Unido. A pesar de la insistencia del gobierno español en abordar la cuestión de Gibraltar, territorio que arrastra un estatus jurídico incierto desde el Brexit, este ha quedado finalmente fuera de las negociaciones. En los días previos al encuentro, la Moncloa había presionado en público y en privado para lograr que Gibraltar tuviera entidad propia entre el conjunto de carpetas y asuntos a tratar entre las dos delegaciones.
Finalmente, el documento de trabajo que estructura la cumbre no cuenta con ninguna referencia al estatus de Gibraltar con la Unión Europea, que está en el limbo y aún espera un marco estable que complete el acuerdo provisional firmado entre España y el Reino Unido a finales de 2020. Fuentes cercanas a la cumbre reconocen a Europa Press que la cuestión de Gibraltar se ha dejado al “margen” de las conversaciones políticas, pero que las negociaciones técnicas avanzan a buen ritmo a pesar de no haber novedades desde hace más de medio año.

Desde Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, advirtió hace unos días que una normalización de las relaciones entre los 27 y el Reino Unido pasa necesariamente por un acuerdo en la cuestión de Gibraltar, aún por resolver. “La relación entre el Reino Unido y la UE es una relación integral, una relación global, y no una en la que los temas se puedan dejar de lado”, ha afirmado el jefe de la diplomacia española. “Hay muchas cosas que tenemos en juego en Gibraltar. Esto significa que, si hay una negociación mucho más grande, Gibraltar debería estar presente”, ha rematado.
Dentro de la hoja de ruta para el encuentro entre ambas delegaciones para la cumbre de Londres, la UE ha mostrado su compromiso con los acuerdos de retirada del país británico del bloque comunitario y ha fijado el posterior marco de relaciones. En ningún momento, sin embargo, se ha mencionado la cuestión del peñón, que forma parte de esos acuerdos y continúa sin resolverse. No obstante, tanto Bruselas como Londres afirman estar trabajando en un acuerdo sobre el territorio británico de ultramar que “aporte confianza, seguridad jurídica y estabilidad y preserve las posiciones de ambas partes”, pero sin concretar.
Bruselas y Londres reinician relaciones cinco años después
La cumbre en cuestión ha servido para abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales entre la UE y el Reino Unido. El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la jefa del ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, se han reunido con el primer ministro británico Keir Starmer, en el marco del primer encuentro con el país británico desde su retirada del bloque comunitario, en 2020. Las negociaciones han culminado con una asociación estratégica en materia de seguridad y defensa que define las bases de una futura cooperación militar. Las negociaciones relativas a esta cuestión llevaban tiempo sobre la mesa, especialmente desde que los EE. UU. instaron a las naciones europeas a asumir mayores inversiones en defensa.

La UE y el Reino Unido consiguen así escenificar el “reinicio” de sus relaciones, marcadas por una fuerte tensión desde el Brexit, aunque en los últimos meses han mejorado debido a la guerra de Ucrania y el distanciamiento con los EE. UU. Fuentes europeas subrayan que se han respetado las “líneas rojas” del Reino Unido, que en todo momento rechazaba volver al Mercado Único, al mismo tiempo que apuntan que el entendimiento permitirá “identificar las áreas en las que trabajar conjuntamente de manera más estrecha”. El Reino Unido, por el momento, no forma parte del plan de rearme de la UE, pero tras este movimiento podría integrarse en los esfuerzos de defensa europeos con programas de préstamo destinados a facilitar inversiones y adquisiciones conjuntas. Por otra parte, se ha garantizado un acceso recíproco de la flota comunitaria a aguas británicas a partir de junio del año que viene, y hasta 2038.
Mientras prosigue el encuentro, se espera que se aborden también cuestiones relativas al comercio y la inmigración, con el objetivo de llegar a “una asociación fortalecida” que, en palabras de Starmer, beneficie “nuestros empleos, nuestras facturas y nuestras fronteras”. En la agenda se encuentra incluso un programa de movilidad juvenil cuyo objetivo es facilitar el acceso de los estudiantes británicos a los países del bloque, y viceversa. “Es un momento muy importante en esta nueva era y debemos reconocer que muchos de los desafíos que enfrentamos, sean migración, crecimiento o seguridad, son desafíos compartidos y solo los resolveremos con respuestas comunes“, ha declarado Starmer, celebrando la reciente buena sintonía con los 27 en un escenario de inestabilidad política global.