París se convierte esta semana en el epicentro de la diplomacia europea con la celebración de una cumbre informal convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron. El objetivo principal de esta reunión es abordar la seguridad del continente ante los recientes movimientos de los Estados Unidos, liderados por un Donald Trump que ha reforzado las relaciones con Rusia en detrimento de las alianzas con los aliados europeos. La cumbre, que se lleva a cabo este lunes por la tarde en el palacio del Elíseo –residencia oficial del presidente de la República–, cuenta con la participación de líderes de varios países europeos, incluyendo Alemania, el Reino Unido, Italia, Polonia, España, los Países Bajos y Dinamarca, así como representantes de la Unión Europea –se espera la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen– y la OTAN.
Europa, fuera de juego
Concebida como reunión de urgencia, la iniciativa de Macron busca responder a la preocupación creciente entre los estados miembros de la UE por la exclusión de Europa en las conversaciones de paz sobre Ucrania. La administración Trump ha mostrado una preferencia por negociar directamente con Rusia, dejando de lado a los aliados europeos y Ucrania en el proceso. Esta situación ha generado tensiones transatlánticas y ha puesto en duda la fiabilidad de los Estados Unidos como aliado de la seguridad europea: según afirman algunos expertos, el gigante norteamericano, bajo el liderazgo de Trump, ya no es un socio fiable para los intereses europeos, lo que pone en evidencia la necesidad de fortalecer la defensa del continente ante el convulso horizonte que se presenta.
En este contexto, Macron busca promover una respuesta europea unificada que garantice la seguridad del continente y asegure su participación central en la resolución del conflicto en Ucrania. Entre las propuestas que se debatirán en la cumbre, destaca la creación de unas fuerzas armadas europeas, una iniciativa que ha sido objeto de debate durante años en el continente, pero que hasta ahora no ha dejado de ser una mera ilusión con pocas perspectivas reales de futuro.

Paralelamente, los Estados Unidos y Rusia han iniciado conversaciones en Arabia Saudita, en un proceso en el que participarán el presidente Trump y su homólogo ruso Vladímir Putin, para discutir un posible alto el fuego. Estas negociaciones han generado gran inquietud en Europa, ya que podrían derivar en concesiones a Rusia sin la participación de la contraparte afectada, Ucrania. Esta relación estrecha entre ambos líderes ha sido objeto de críticas por parte de analistas y expertos en política internacional, que ven en Trump y Putin dos líderes que se complementan perfectamente. En este sentido, su alianza podría conducir a un arrinconamiento de la Unión Europea y la OTAN, lo que dejaría a Europa en una situación de debilidad en la que su garantía de seguridad colectiva pendería de un hilo.
Hacia una mayor integración continental
La cumbre de París también tiene como objetivo discutir las implicaciones económicas que se presentan ante esta nueva realidad geopolítica. Macron ha destacado la importancia de que Europa asegure su independencia económica tanto de los Estados Unidos como de China, para lo cual propone una mayor integración económica europea. Por otro lado, el líder francés plantea una simplificación de las regulaciones de la UE para poder fomentar la inversión en tecnologías emergentes y la transición verde.
No obstante, conseguir una respuesta unificada no será una tarea sencilla. Las diferentes prioridades nacionales, especialmente en lo que respecta al gasto en defensa y la igualdad de trato entre los miembros de la UE, podrían dificultar el logro de un consenso. Además, la postura de algunos países, como Hungría, que ha criticado la reunión de París y ha mostrado apoyo a Rusia, complica aún más la aprobación de decisiones que requieren la unanimidad de los estados miembros.