Las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI) continúan golpeando con dureza Rafah, la localidad del sur de la Franja de Gaza y una de las más afectadas desde el estallido de la guerra de Israel contra Hamás. Después del sangriento bombardeo que se cobró 45 víctimas civiles, que se suman a los más de 36.000 muertes contabilizados desde el 7 de octubre -momento en que estalló el conflicto bélico-, el ejército israelí ha vuelto a bombardear Rafah cobrándose al menos tres víctimas mortales. Un proyectil ha golpeado contra una tienda de campaña perteneciente a una familia del campo de refugiados de Barakasat, donde se produjo la ofensiva del pasado lunes, según ha informado la agencia de noticias palestina
A banda, otro palestino ha muerto por otro ataque contra el Hospital Indonesio de Rafah. En el centro de la Franja, dos civiles han muerto en el campamento de refugiados de Bureij, y otras dos personas han perdido la vida en otro bombardeo contra una vivienda en la ciudad de Gaza. El ejército israelí ha justificado este nuevo bombardeo porque, según aseguran, habrían conseguido acabar con dos altos mandos de la organización terrorista palestina. Aun así, admiten también que a consecuencia del ataque «han resultado heridos» varios civiles a causa de un «incendio» que se ha producido por las bombas. Estos dos bombardeos se han producido después del ataque del pasado domingo de Hamás contra Tel Aviv, en el centro de Israel. Una ciudad que hacía casi cinco meses que no recibía ataques, por lo cual la respuesta israelí ha sido cruda y contundente.

La comunidad internacional clama contra los ataques de Israel
El ataque contra el campamento de Barakasat ha despertado una oleada de críticas y condenas a escala internacional, y el impacto ha estado tal que, según apunten fuentes diplomáticas a la cadena de televisión