La presión de los grandes nombres del Partido Demócrata sobre la figura del presidente Joe Biden ha salido, finalmente, el efecto deseado. El locatario de la Casa Blanca los últimos cuatro años ha anunciado este domingo su retirada de la carrera electoral. En una misiva publicada en sus redes sociales, Biden reconoce que «va en el mejor interés del partido y el país que me retire y me centre exclusivamente a cumplir mis obligaciones como presidente en el que queda de legislatura». La comunicación del hasta ahora líder del boletín Demócrata para el próximo noviembre recoge algunos de los logros de la administración saliente, especialmente en el ámbito económico; y plantea su salida como un fin a la confrontación interna. «Creo el que siempre he creído: que no hay nada que los americanos no puedan hacer si lo hacen juntos», concluye.
— Joe Biden (@JoeBiden) July 21, 2024
En la carta, publicada a su cuenta personal de X -antiguo Twitter- Biden describe la economía norteamericana después de su administración como «la más fuerte del mundo». Entre los logros que detalla en su adiós de la primera línea política, el presidente destaca las inversiones para «reconstruir la nación»; especialmente en el ámbito de las infraestructuras, la renovación del Tribunal Supremo o la lucha contra la adicción a las sustancias estupefacientes entre los veteranos del ejército. En la línea de las demandas de la mayoría de grandes voces Demócratas en las últimas jornadas, pues, eleva su «legado» presidencial, y se centrará en adelante en su actividad administrativa.
Una sucesión incierta
Las principales voces del partido, así como los medios afines a los Demócratas, parecen haber construido un consenso en las últimas semanas alrededor de la vicepresidenta Kamala Harris para coger el testigo de Biden de cara en noviembre. De hecho, en una piada posterior al comunicado, el mismo presidente ha hecho público su espaldarazo a la número 2 para ocupar su lugar al boletín del partido. «Quiero ofrecer mi apoyo absoluto a Kamala para ser la nominada de nuestro partido este 2024», detalla. Ahora bien, varios cargos, entre los cuales destaca la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se han decantado por un proceso de primarias abiertas, en rechazo a una designación a dedo por parte del Comité Nacional. Es una opción, justo es decir que varias encuestas y analistas empezaron a contemplar a raíz del debate: en un sondeo elaborado por la consultora Bendixen & Amandi, muy próxima a Obama, el nombre Demócrata mejor posicionado para derrotar Trump en tres meses sería la exsecretaria de Estado y candidata el 2016 Hilary Clinton.

Las dudas entre la base Demócrata sobre la capacidad de Kamala Harris para hacerse con los apoyos suficientes en una elección contra Donald Trump son más que conocidos. De hecho, entre los perfiles del partido que pedían que Biden se mantuviera a la carrera, las críticas hacia la vicepresidenta como perfil de cara al votante se han hecho cada vez más agrios. En un directo a su perfil de Instagram, la diputada por Nueva York Alejandría Ocasio-Cortez, conocida figura del ala izquierda de la formación y una de las más dedicadas a continuar bajo un segundo mandato de Biden, alertó que «no hay consenso entre los que quieren que el presidente marche en su apoyo por Harris. Muchos están interesados al deshacerse de todo el boletín». Tampoco los grandes donantes del partido parecen convencidos: en declaraciones en el portal digital Politico, el magnate John Morgan alertaba los críticos de una derrota todavía más flagrante bajo el paraguas de la
La decisión Demócrata
La situación interna del Partido Demócrata, especialmente tensa a raíz del incómodo debate televisado contra el rival Republicano Donald Trump, se hizo insostenible después del diagnóstico de Covid-19 que anunció Biden justo antes de un especialmente relevante mitin en Las Vegas, ante la comunidad latina del estado de Nevada. Desde, el goteo de voces del partido que han pedido el paso junto al presidente ha estado constando; con perfiles tan relevantes como la misma Pelosi, o el actual líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer. Incluso el expresidente Barack Obama, según hizo público lo

Malgrat la oposición interna, en las últimas horas Joe Biden había redoblado su perfil como candidato en un claro cuerpo a cuerpo con Trump. El líder conservador salía reforzado de la Convención Nacional de su partido; y el ya excandidat pasó al ataque, acusándolo de querer «ser un dictador» desde el Despacho Oval. El enfrentamiento ha continuado este mismo domingo, con las amenazas por parte de Mike Johnson, actual presidente de la Cámara de Representantes, de impugnar la retirada de Biden, dado que había sido designado en unas primarias abiertas con el voto de miles de inscritos en su partido. En este sentido, Johnson ha acusado la cúpula Demócrata de «querer poner un sustituto después de reunirse a escondidas en la habitación trasera»; y avisa que la decisión podría chocar con el sistema electoral de varios estados de la federación.