El Govern ha declarado recientemente bien cultural de interés nacional (BCIN), en la categoría de Monumento Histórico, la Casa de l’Ardiaca Major de Tarragona (Ca l’Ardiaca), uno de los edificios históricos más emblemáticos de la ciudad que se encuentra en desuso desde hace años. Un palacio medieval de arquitectura civil gótica catalana, que es un elemento urbano «notable» de la ciudad tanto por su presencia como por su valor patrimonial. Esta catalogación, la máxima legal en materia de patrimonio, permite hacer efectiva su protección integral como monumento y posibilitar el equilibrio con el entorno urbano, pero también prevé más sanciones y más duras si la propiedad no conserva el edificio adecuadamente. El concejal de Urbanismo, Licencias, Dominio Público y Patrimonio del Ayuntamiento de Tarragona, Nacho García, en conversación con El Món, detalla que el año pasado el consistorio realizó «unas obras de emergencia» por valor de 600.000 euros para garantizar la estructura del inmueble, que estaba muy deteriorado. «En el ámbito arquitectónico la situación es buena, pero no la deseable», subraya.
García detalla que el consistorio actuó de forma «subsidiaria» porque Ca l’Ardiaca es propiedad de la empresa aragonesa Desarrollos Arbe. «Actuamos porque había una emergencia y no podíamos esperar a hacer un requerimiento, y actuamos de forma inmediata y pasamos la factura a la propiedad», expone, y lamenta que «la factura no se ha pagado aún». Sobre la relación con la empresa, el concejal detalla que «nos hemos encontrado alguna vez con los propietarios, pero no acabamos de desbloquear la situación con ellos». «De hecho, aseguraron que se harían cargo de una parte de las obras y no lo han hecho. Relación hay, pero no es fluida y no llega a buen puerto», añade.
No obstante, según relata el concejal, el Ayuntamiento y la propiedad no han hablado sobre la deuda que existe. «Va por la vía ejecutiva, y si no pagan se les embargarán los bienes que se consideren o se irá a buscar en algunas de las cuentas corrientes de la propiedad» y subraya que la reciente catalogación del edificio como BCIN «da más herramientas para presionar a la propiedad, y estaríamos hablando de posibles delitos contra el patrimonio». Nacho García asegura que la expropiación del edificio, que está destinado, según el Plan Urbanístico, a uso hotelero, por parte del Ayuntamiento es una «posibilidad a futuro». «El uso está definido, que es hotelero y, a partir de aquí, se debe encontrar inversores que evidentemente quieran entrar», insiste el responsable de Patrimonio del Ayuntamiento, que no descarta que se convierta en un parador nacional de turismo de Cataluña. «Es una de las posibilidades», manifiesta.

La misma protección que el Anfiteatro o el Circo Romano
«Ahora mismo el inmueble está salvado», afirma Nacho García sobre el estado del palacio gótico que se encuentra dentro de la delimitación de BCIN del Conjunto Histórico de la Ciudad de Tarragona, por lo que no ha sido necesario delimitar su entorno de protección, ya que ya está protegido por esta declaración. La reciente catalogación por parte de la Generalitat ha situado a Ca l’Ardiaca, de 800 años de antigüedad, en el mismo nivel de protección que otros elementos icónicos de la ciudad como son el Circo, el Anfiteatro y la Muralla, de origen romano, o la Catedral, entre muchos otros. Ca l’Ardiaca cuenta con una base arquitectónica gótica de los siglos XII-XIII, pero su aspecto actual se debe a la reforma realizada durante el primer cuarto del siglo XIV; la última transformación importante del inmueble fue en 1813, después de la retirada del ejército francés en 1812. Además, las intervenciones que se han realizado desde 2006 han puesto de manifiesto el «rico legado» de restos de época romana y medieval que se encuentran en el subsuelo, así como los detalles ornamentales, revestimientos y pinturas murales de varias épocas.