Desde hace semanas, Júlia Albesa, propietaria de la librería La Irreal en Tortosa, organiza toda la logística para tener listo un gran puesto de 45 metros cuadrados en la plaza del Ángel de Tortosa. A las seis de la mañana ha comenzado a transportar cajas, con la ayuda de familiares y amigos, para tenerlo todo preparado a las diez para el día más importante del año para el sector.
Este miércoles es el día para poner en acción todos los detalles que se han preparado durante semanas, como la senyera para vestir la mesa, las bolsas, la caja y los datáfonos; además de todos los libros que ordena en su cabeza.

A lo largo de todo el puesto, Júlia Albesa coloca cada título para lucir las historias que se venderán durante el día de Sant Jordi. Para la distribución, ha organizado en su mente un mapa, situando los libros de escritores del Ebro en primera fila, todos aquellos que hablan de fútbol juntos en una sección, y los de la leyenda de Sant Jordi en la última mesa, entre muchos otros. Una vez colocados todos en el puesto, Albesa se sorprende de la cantidad de libros que ha podido conseguir: “Ahora me doy cuenta de la locura que he hecho porque no entiendo cómo me cabían tantos libros en tan poco espacio en la librería”, explica en una entrevista a la ACN (Agencia Catalana de Noticias).
Más de 400 títulos y las expectativas de poder superar las ventas
Este es el cuarto Sant Jordi que Albesa organiza desde que trabaja en La Irreal y cumplió su sueño de abrir su propia librería, y ahora puede desplegar un puesto de grandes dimensiones en la plaza del Ángel de Tortosa.

Dentro y fuera de la librería se pueden comprar más de 450 títulos este miércoles. «Aún no sé cómo lo hago. Tengo mucha memoria fotográfica. Hace dos meses que planifico los libros, las cajas, los precios, cómo los distribuiré para que tengan conexión», detalla.
Este año prevé poder igualar las ventas de los últimos años, o incluso mejorarlas. «Es un día único porque facturamos en un día lo mismo que en dos semanas en la Feria del libro de Madrid. Eso nos hace únicos y especiales”, añade la propietaria de La Irreal.