El festival Acústica de Figueres es una de las citas ineludibles del panorama musical catalán. Este año el festival ampurdanés ha decidido mantener su apuesta “desacomplejada” por la música en catalán en su 20.º cumpleaños. “Ahora es fácil ver artistas catalanes en todas las programaciones, pero cuando empezamos era muy complicado”, explica el director, Xavier Pascual, que detalla que “el 95% de los artistas de esta edición son catalanes” y con esto son “capaces de convocar 120.000 espectadores”.
Esta cifra de espectadores es la misma con que la organización prevé cerrar el festival, puesto que “con el modelo actual, no creo que podamos tener más espectadores”, reconoce el director. Para asegurar que no se supera el aforo del escenario principal ubicado en la rambla de Figueres, la organización ha instalado por primera vez cámaras capaces de calcularlo.
El Acústica vivió este viernes la segunda jornada de programación, que ha empezado a las seis de la tarde con la semifinal en la misma hora del Sona9. El primer concierto, y uno de los más esperados por las familias, ha sido lo del Pot Petit que se pudo ver a las siete de la tarde en la Rambla. A las ocho, el público ha podido seguir en el espacio pódcast la entrevista de la Última copa a Laia Ferrer. La noche la llenaron llenado artistas catalanes como Miki Nuñez, Alérgiques al Polen, Figa Flawas, Triquell, Queralt Lahoz o The Tyets. En total, hubo una quincena de propuestas diferentes que se repartieron entre cuatro escenarios de la ciudad: plaza Cataluña, la Rambla, plaza de la Palmera y plaza Josep Pla.
Los vallencs Figa Flawas han empezado el concierto en la plaza Cataluña a las diez y media con canciones como ‘Culet’, ‘Ho fem fàcil’ y ‘Shin Chan’. Lo han hecho con unas coreografías enérgicas de danza urbana con las que el público ha conectado desde el principio. El mismo escenario lo llenó Triquell en la suya gira de presentación del nuevo disco ‘Entre fluids’. Cómo es habitual, el barcelonés ofreció un concierto con fuertes contrastes de luz que dejaban entrever su sombra en muchas ocasiones. Encima el escenario interpretó las canciones de su primer disco.
Por su parte, Miki Nuñez llevó su gira ‘121’ al escenario principal de la Acústica. The Tyets, por su parte, ofrecieron el último concierto de la noche, llenando el aforo máximo disponible. Esto hizo que centenares de personas se quedaran fuera y tuvieran que girar cola sin verlos. El espectáculo a Figueres del dúo de Mataró forma parte del tour de presentación de su nuevo disco Épic Solete.
Antes de empezar el último concierto, Salvem l’Empordà subió al escenario para denunciar el proyecto del macroparque eólico del Empordà que consideran que “no se tiene que permitir a las eléctricas decidir” donde se ubican los molinos y que hay que “respetar el medio”.
95% de artistas catalanes
En la edición de este año, “el 95% de los artistas de esta edición son catalanes”. Una apuesta que desde la organización se defiende que es “desacomplejada” y desde que se empezó el festival hace dos décadas. “Con 20 ediciones hemos pasado de 3.000 espectadores a 120.000”, detalla el director de la Acústica, Xavier Pacual, que asegura que están “satisfechos” por haber conseguido que “un festival que empezó de una manera tan modesta, ahora sea una de las marcas que más público arrastra del país”. El objetivo inicial era lo de “dinamizar el centro histórico de Figueres”.
La previsión de público de esta edición es similar a la del año pasado a causa del “modelo actual” que no permite crecer más. Para garantizar que el público del escenario principal de la Acústica ubicado en la Rambla no supera los 10.640 espectadores, se han instalado cámaras que cuentan las personas que hay. “Forman parte del protocolo de seguridad que tenemos que seguir”, explica el director, que detalla que se tienen que “reinventar cada año” porque todo se desarrolle con seguridad.
Porque todo el mundo que tiene ganas de ver los conciertos pueda hacerlo, desde la organización se recomienda “llegar con tiempo”. Una vez la Rambla llega a la ocupación máxima, se cierran todos los accesos porque nadie más pueda entrar.