Joc de cartes estiu ha recorrido el Vallès con el objetivo de encontrar el restaurante con las mejores tapas de la zona. Marc Ribas y su equipo se han quedado boquiabiertos porque los restauradores de esta noche han sido unos personajes que han hecho una estrategia muy sucia y que han jugado mucho. ¿El protagonista? Un concursante que dice tener el superpoder de encontrar errores que los demás no ven. A pesar de los intentos de hacer trampas y puntuar con notas que no merecían, no han podido evitar que acabaran ganando aquellos que se lo merecían.
Bistró XXI, cocina casera y tapas clásicas
En Castellar del Vallès, las cámaras de TV3 han entrado al restaurante Bistró XXI con el matrimonio de Isabel Muñoz y Jordi Perea como representantes. ¿El local qué tal? La decoración de estilo industrial, los diversos espacios y la cocina estaban bastante bien, sí, pero los rivales se han quedado con que las plantas son artificiales, que la carta tiene demasiados platos o que había un poco de suciedad en el suelo.
El superpoder de Isaac de La Rauxa de Sabadell para encontrar errores ha hecho gracia, en un principio, así como que dejara claro que encontraba que los otros no eran rivales para ellos. Ha querido hacerse el listo con el camarero, ha criticado que uno de los otros no tenga estudios y su compañero lo ha dejado en evidencia: “Qué tocapelotas eres”.
Los platos de este restaurante no los han entusiasmado, por lo que han dicho, y se han encontrado un pelo en el pulled pork gracias a la supervisión de Isaac. Les ha sabido mal decir que ninguna de las postres “se salvaban”. Cuando han valorado, el compañero de este tan crítico ha tenido que pararlo y convencerlo de que era mejor puntuarlos con 5 y no 4 como él quería.

En este local tienen mucho que mejorar, ya que la cocinera no prueba nada de lo que prepara porque es vegana y su compañero no tiene ninguna experiencia ni formación en la cocina porque ha trabajado toda la vida en otro mundo. Esto no les ha impedido criticar con dureza a los otros rivales, sin embargo. Cuando supieron, más adelante, que la jefa de cocina no prueba lo que prepara lo entendieron todo: “Es imposible que un restaurante funcione si la persona en la cocina no prueba lo que hace”, dijo uno de los contrincantes.
Después de la comida, la nota media ha terminado siendo un 5,1. Las categorías que más han gustado han sido la del espacio y el precio, mientras que la comida la han encontrado deficiente y ha quedado en último lugar con un 4,5.
Taberna 1984, vermuts y platillos en Sant Cugat del Vallès
Cristina González y Carlos Soler han defendido la propuesta de la Taberna 1984 de Sant Cugat del Vallès. En su caso, pueden estar contentos porque los rivales han aplaudido la “sofisticación” del espacio. La cocina estaba limpísima y todo impecable. En cuanto a los primeros, segundos y postres; ¿qué han dicho los otros? El ajo blanco lo encontraron líquido, el pimiento poco hecho y la croqueta “aburrida”. No obstante, era evidente que estos platos eran infinitamente mejores que los anteriores. Sí que han aprobado la buena presentación y el sabor de los platos, eso sí.

Los concursantes han valorado esta idea con un 6,3 de media. La cocina ha obtenido un buen 7 y el espacio se queda con un 5,5 global. Unas notas demasiado bajas, seguramente, por lo que se había visto. En la confrontación final ha habido bronca por este tema, pero vamos por partes.
Rauxa-Bodega Contemporània, tapas con personalidad
La Rauxa-Bodega Contemporània de Sabadell ha sido el tercer restaurante que han visitado. Isaac Catalán y Aleix Jorba han estado todo el programa peleándose como un matrimonio de aquellos de toda la vida. El más meticuloso de la emisión ha defendido su formación y experiencia en restaurantes de estrella Michelin, una idea que han repetido y repetido.
“Isaac y Aleix se quieren mucho a sí mismos”, han reído los otros concursantes. Todos han aplaudido la decoración y las mesas, en general, pero han encontrado polvo. La exigencia de Isaac en las inspecciones previas ha dado alas a los contrincantes para buscar las cosquillas, claro. ¿Los propietarios habían sido críticos antes y ahora han recibido críticas quizás como venganza? Se ha sentido rabia en la cocina: “Con este paladar de mierda”, ha lamentado Isaac fuera de sí cuando ha oído lo que decían de sus platos.

La nota media ha sido de un 6,1. Todo lo han encontrado demasiado plano, quizás porque llegaban con las expectativas muy altas. La categoría que más ha gustado ha sido la del espacio y la comida con un 6,5 y lo peor, el precio con un 5,5.
La confrontación final, marcada por los reproches y la sinceridad
En la reunión final, ha vuelto a sentirse mucha sinceridad. Los perdedores de la noche, los de Bistró XXI, han tenido que oír críticas sobre su comida, pero lo han tomado bien y han reconocido con elegancia que tenían razón en todo lo que decían. Sin embargo, Cristina de la Taberna 1984 se ha mostrado enfadada cuando ha visto la nota que le habían puesto: «Estoy enfadada y no me lo esperaba«. Isaac y Aleix han reconocido que los han puntuado por debajo de lo que merecían a propósito: “Tenéis un local que todo es de 10 y teníamos claro que erais nuestro rival directo. Aquí nosotros hemos tenido que hacer el juego porque no podíamos discutir nada… Por el bien de nuestra estrategia pensamos que lo mejor era poneros esta nota y explicaros de dónde venía. Tuvimos que jugar porque jugamos para ganar”, han acabado diciendo en una confesión sorprendente.
Isaac ha terminado con “los cojones hinchados” cuando ha oído que le decían que han valorado su servicio con un 6, aunque después se han arrepentido porque seguramente se merecía más. Querían cambiar la nota, los de la Taberna 1984, pero al final no lo harán al ver la actitud y la estrategia de los otros.

El ganador de la noche, después de la puntuación de Marc, ha sido la Taberna 1984 gracias a haberse llevado el premio a plato estrella por las albóndigas “adictivas”. Eran los mejores con diferencia, así que el juego y la estrategia no han sido suficientes para dejarlos sin los 3.000 €.