Los lunes son sinónimo de crónica negra en TV3. Crims, la serie documental presentada por Carles Porta, ha intentado arrojar un poco de luz en la oscuridad en el caso de las Power Girls. En la primera parte del caso, el programa explicaba los antecedentes de una serie de casos de agresiones por parte de un falso repartidor de comida a domicilio. En plenas restricciones por la pandemia de la covid, un hombre se dedicaba a acosar a mujeres en el portal de sus casas, fingiendo que iba a hacer una entrega. Los investigadores se dieron cuenta de que existía un modus operandi en sus actuaciones, porque en poco más de cuarenta días realizó cinco.
Los testimonios de las chicas, sobre todo de Pamela y Junkal, que decidieron mostrar su rostro, conmocionaron a los espectadores en las redes sociales, aplaudiendo su valentía y fuerza por contar sus casos públicamente. Este lunes 10 de marzo, Crims ha presentado la segunda parte de este caso en la que la unión de las víctimas ha sido clave para atrapar a su agresor y ha servido de precedente para las actuaciones y los juicios de este tipo.
Las grabaciones fueron clave para la identificación del agresor
Carles Porta ha conducido de nuevo este caso que mantuvo la expectación muy alta por saber quién era el agresor y qué había pasado con las cinco chicas protagonistas. En la segunda parte de Power Girls, los Mossos encargados de la investigación encuentran una serie de indicios que permiten identificarlo. Una gorra de un equipo local colombiano y los tatuajes en la mano que se identifican en un vídeo que el mismo agresor grabó durante un ataque a una de las chicas permiten detenerlo.

A partir de aquí, las chicas participan en ruedas de reconocimiento para asegurarse de que habían detenido a la persona correcta. El hecho más impactante del caso radica en que las protagonistas sintieron durante la investigación la sensación de que «no funcionaría». Con las pruebas contra el repartidor se empieza a preparar el juicio, que se lleva a cabo en octubre de 2022. Finalmente, en el año 2023 condenan al falso rider a once años de prisión y una indemnización total de 70.000 euros para las víctimas.

En esta segunda parte del caso, las investigaciones se centran en el perfil psicológico del agresor y sobre todo en la unión de las cinco chicas que han sido víctimas. Lo que comenzó siendo un grupo de WhatsApp de unas chicas que acudían al juzgado terminó convirtiéndose en una lucha de Power Girls, mujeres empoderadas y valientes que enfrentando el miedo y la vergüenza, supieron luchar y exponer sus casos para hacer justicia. «Yo no soy unas iniciales, ni una sombra, tengo una cara y un nombre y soy una persona. He sido víctima de esto y si alguna chica lo ve, que sepa que no debe sentirse avergonzada», destaca Junkal. El mismo Carles Porta admite la valentía de estas chicas, «aunque las mujeres no deberían vivir situaciones como estas».
¿Qué han dicho las redes sobre este caso?
Si la primera parte revolucionó las redes por la crudeza de los testimonios y la sensación de «rabia» porque aún no se había podido hacer justicia, esta segunda parte del caso de Crims ha «celebrado» la actuación y sobre todo los testimonios de las dos chicas y la fiscal. Una de las críticas ha sido dirigida a la «baja indemnización» que debía pagar el agresor.
La fiscal és de les millors persones qué ha passat per #Crims3Cat
— Alba (@ItsAlba15) March 10, 2025
Qué valientes estas chicas y qué bien lo han contado #Crims3Cat
— Pilar Eyre (@pilareyre) March 10, 2025
«Junkal, cara de muchas historias que no deberían haber sucedido nunca… Gracias por dar voz, sobre todo por las que no pueden hacerlo», «Qué fiscal, y qué chicas tan valientes», son algunos de los comentarios que los seguidores del programa han dejado a través de X. Todo junto a la resolución de un caso que sirvió como precedente y que sobre todo pone sobre la mesa la importancia de denunciar. El episodio Power Girls en Crims ha sido todo un éxito de audiencias, con 399.000 espectadores de media y un 19,3% de cuota de pantalla.