El candidato del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, ha claudicado tras la derrota electoral de este domingo y ha presentado su dimisión. La formación socialista ha obtenido sus peores resultados de la historia, más aún en una región donde han gobernado 36 de los últimos 42 años. En las últimas elecciones autonómicas, el PSOE ha obtenido solo 18 diputados, diez menos que los que tenían hasta ahora. El Partido Popular se ha proclamado vencedor de las elecciones con 29 escaños, pero sin obtener la mayoría absoluta, por lo que seguirá necesitando el apoyo de Vox para gobernar -la situación que llevó a anticipar las elecciones, ya que la formación de extrema derecha presentó una enmienda a la totalidad a los presupuestos. Tras la derrota, pues, Gallardo ha presentado su dimisión.
Lo ha hecho este lunes por la tarde en una reunión de urgencia del ejecutivo socialista, la cual se ha llevado a cabo en Ferraz. Lo sucederá una gestora acordada por el partido, la cual se encargará de dirigir la transición de una de las principales federaciones del partido hasta que se produzcan las primarias internas. Además, el PSOE también llevará a cabo un congreso extraordinario para articular la oposición al gobierno de la popular María Guardiola. Este mediodía, antes de la dimisión de Gallardo, la portavoz del PSOE, Montse Mínguez, ha atribuido los malos resultados del partido a la poca movilización de sus votantes: «Lo que ha pasado en Extremadura es que ha habido mucha abstención, un voto que está ahí y que debemos volver a movilizar«, ha apuntado la portavoz, que ha lamentado la ausencia de elecciones municipales antes de las autonómicas.

Ferraz cierra filas con Pedro Sánchez
La derrota del PSOE en Extremadura ha puesto de nuevo en el ojo del huracán al presidente español, Pedro Sánchez. Ante los embates de la derecha española, la portavoz socialista ha querido cerrar filas con su líder: «El ‘sanchismo’ está más fuerte y vivo que nunca, y con más ganas que nunca, porque la involución, el retroceso y los pactos a los que nos llevaría Feijóo si algún día presidiera el gobierno central -hecho que no ocurrirá- serían el final para las personas que confían en el sector público y lo necesitan. No hay final del ‘sanchismo’», ha remarcado.

