Dos menores de quince años del Vendrell acusados de agredir sexualmente a dos alumnos en el patio del instituto están a partir de este martes en libertad vigilada y prohibición de acercarse a cincuenta metros de las víctimas, que tienen doce años. Así lo ha establecido el juzgado de instrucción 4 de Tarragona en funciones de guardia después de recibir una denuncia de los progenitores de estas víctimas y estimar que hay indicios de agresión sexual con penetración para obtener satisfacción sexual. La acusación particular solicitaba una orden de alejamiento de 200 metros como mínimo, pero finalmente se ha quedado en 50. Hay tres menores más que han participado de estos actos, pero como en el caso de los agresores de la víctima de Badalona, son inimputables.

Los hechos se produjeron el 3 de marzo, cuando una de las dos víctimas estaba el patio y tres menores inimputables y uno de 15 años lo inmovilizaron y por encima del pantalón lo penetraron con el dedo. También le cogieron los genitales con fuerza. El menor recibió un puñetazo cuando intentaba huir de los agresores, pero ningún profesor vio los hechos. Fueron los padres quienes pusieron la denuncia cuando el hijo explicó lo que había pasado en la escuela. Una vez puesta la denuncia, los dos menores de 15 años implicados declararon ante la fiscalía de menores y finalmente tendrán la prohibición de acercarse a las víctimas, una medida que no convence a ninguna de las familias porque los menores viven cerca y van al mismo centro escolar, por lo que será complicado que se cumpla.

La defensa cree que no hay «satisfacción sexual» porque las víctimas llevaban pantalones

El caso de este menor de 12 años agredido no es el único en este instituto. Los mismos agresores ya hicieron tocamientos a otra víctima, también de 12 años. Según el relato de la víctima los agresores le inmovilizaron los brazos a las espaldas y lo llevaron a las tablas de ping pong que hay en el patio del instituto. Allá lo penetraron con los dedos también por encima del pantaló. La víctima denuncia haber marchado de la escena de los hechos con dolor a la zona anal y llorando. La defensa de los agresores sostiene que no se puede tipificar el delito como agresión sexual porque las víctimas llevaban los pantalones en todo momento y por tanto los agresores no tenían «actitud libidinosa y de satisfacción sexual».

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