Los alcaldes y los usuarios afectados por el corte de Rodalies del Camp de Tarragona a causa de las obras del túnel de Roda de Berà enmarcadas en las actuaciones del corredor mediterráneo, unen fuerzas para reclamar mejoras en el servicio. Después de una primera semana de malestar por el funcionamiento del plan de transporte alternativo que ha activado la operadora ferroviaria -el cual se puso en marcha el pasado 1 de octubre-, los alcaldes y los usuarios de los municipios afectados por las obras exigen al director de Rodalies, Antonio Carmona, mejorar el plan alternativo. Entre las principales reclamaciones, piden a la operadora ferroviaria incrementar el número de autobuses que conecten el Camp de Tarragona con Barcelona de manera directa en un encuentro con el director del servicio y el subdelegado del gobierno español a Tarragona, Santiago Castellano.
En esta línea, los alcaldes y los usuarios afectados también reclaman «priorizar» los trenes de pasajeros por encima de los de mercancías, que son uno de los trenes principales que se desplazan por el entramado viario del Camp de Tarragona, ocasionando retrasos en las líneas R13, R14, R15, R16, R17 –las líneas regionales que conectan el territorio tarraconense con el resto del país– y el R2 sur, de Rodalies: «No nos podemos permitir retrasos como los vividos la última semana», denuncian desde la plataforma Dignidad en las Vías. Por su parte, el director del servicio ferroviario ha admitido la disminución de la afluencia de pasajeros durante la primera semana de corte -puesto que muchos usuarios han optado para desplazarse con vehículo privado para prevenir el mal funcionamiento del servicio- y se ha comprometido a «ajustar» el plan alternativo para adaptarlo a las necesidades de los usuarios.

«Redistribuir» el servicio de autobuses
De hecho, en declaraciones a medios posteriores a la reunión con los alcaldes de los municipios afectados, Antonio Carmona se ha comprometido a «redistribuir» el plan de transporte por carretera para adaptarlo a las necesidades de los usuarios: «Si vemos que hay puntos menos utilizados, los autobuses se pueden redistribuir de una forma u otra. Es, al final, redimensionar, no para reducir el número de buses, sino como podemos ponerlos en un lugar o el otro para dar un mejor servicio», ha aseverado. El director de Cercanías, pero, todavía no ha facilitado datos sobre los pasajeros que han utilizado el servicio de transporte alternativo durante la primera semana.
El jefe del servicio ferroviario también se ha comprometido a reevaluar el funcionamiento de los trenes que conectan el Camp de Tarragona con la capital catalana gracias a la estación de Sant Vicenç de Calders -la cual se ha convertido en el punto de inicio y final de todas las líneas de la zona- para «mejorar el índice de puntualidad». Aun así, ha admitido que se trata de un procedimiento largo que no dará resultados a corto plazo: «Hacer modificaciones en la oferta ferroviaria no es tan rápido como nos gustaría, por la complejidad que supone cambiar ciertas cosas de todo un sistema global, pero somos conscientes de determinadas mejoras que se pueden aplicar», ha argumentado Carmona, que ha defendido el trabajo que han llevado a cabo los operadores del servicio durante la primera semana del corte por obras.