La Autoridad Catalana de Protección de Datos (Apdcat) ha advertido que la venta de datos biométricos como el escaneo de iris que se está haciendo estos días en Cataluña comporta “riesgos” importantes para las personas. Los datos biométricos se consideran especialmente sensibles porque permiten identificar a una persona de manera inequívoca, puesto que es una característica que no cambia a lo largo de la vida. Protección de Datos reacciona así a la polémica generada por las imágenes de largas colas de personas en Barcelona, Madrid o Bilbao esperando a que la empresa World Coin les escanee el iris a cambio de unos 30 euros en criptomonedas.

Autoridades de toda la Unión Europea están investigando las prácticas de la empresa, que se vanagloria de haber conseguido centenares de miles de datos biométricos en todo el mundo. Protección de Datos recuerda que se trata de una información crítica y que tiene una protección especial legal por “el elevado riesgo” que comporta cederla a terceros —en especial a empresas privadas— y por los perjuicios que podría tener un mal uso. La agencia explica que para ceder este tipo de datos hace falta un consentimiento explícito, que tiene que ser libre, informado, específico e inequívoco. Esto quiere que la persona que cede los datos tiene que ser plenamente consciente de los riesgos y las consecuencias que se derivan.

Una pasajera consultando la pantalla de las salidas a la T1 del aeropuerto de Barcelona | ACN
Una pasajera consultando la pantalla de las salidas a la T1 del aeropuerto de Barcelona | ACN

En casos como los de World Coin, la empresa tiene que informar sobre quién tratará los datos, con qué finalidad, cuánto tiempo las conservará, si tiene previsto cederlas a terceros y ante quién y cómo se puede ejercer el derecho de acceso, rectificación, supresión u oposición, entre otros. Son cuestiones que la campaña de World Coin no ha dirigido de manera adecuada, según consideran las agencias de protección de datos.

Qué riesgos tiene vender los datos biométricos

Los datos biométricos son especialmente sensibles porque identifican a una persona de manera única y no hay posibilidad de cambiarlas. Es el caso de la saliva, las huellas dactilares, el iris o el ADN. Facilitarlos a multinacionales y entidades privadas es problemático. En el caso del escaneo del iris, por ejemplo, ahora mismo se produce en las aduanas de algunos países, que incluyen la prueba para hacer un seguimiento de los viajeros que llegan; o cuando se ha cometido un crimen. Dar esta información hace que se te pueda identificar sin que lo quieras e incluso sin que lo sepas. De hecho, la empresa World Coin recoge este tipo de datos biométricos para entrenar sistemas de inteligencia artificial para que puedan llevar a cabo identificaciones de personas. Hay dudas sobre si estas bases de datos acabarán en manos de otras corporaciones o de gobiernos extranjeros.

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