Hace poco más de un año, el 1 de febrero de 2024, el Govern de la Generalitat –en aquel momento presidido por Pere Aragonès– decretaba el estado de emergencia por sequía en el territorio catalán. Las reservas de agua de los embalses de las cuencas internas apenas superaban el 14% (14,3%, concretamente). Más de 200 municipios de Cataluña sufrieron unas de las restricciones más drásticas que se recuerdan en Cataluña y los habitantes de la región metropolitana de Barcelona o el área urbana de Girona, entre otros lugares, vieron cómo su consumo de agua se limitaba a 200 litros por habitante y día.
Un año después, Cataluña se encuentra en fase de alerta por sequía, ya que las reservas de agua se sitúan en el 31,62% de la capacidad de los embalses [datos del viernes 7 de febrero de 2025]. Sin embargo, todavía hay zonas del país que siguen en fase de emergencia. Una de las situaciones más dramáticas se vive en el Alt Empordà, donde varios municipios están sufriendo restricciones. El mal estado de las reservas del acuífero de los ríos Muga y Fluvià y del embalse de Darnius-Boadella ha hecho que esta comarca se haya convertido en el epicentro de la emergencia por sequía.
¿Cuáles son los municipios afectados?
En el mapa que proporciona el visor de la sequía –una herramienta interactiva de la Generalitat de Catalunya– se muestra (en tiempo real) cuáles son los municipios afectados y cuál es su situación. Actualmente, 36 municipios se encuentran en fase de normalidad, lo que representa el 5,71% de los municipios que dependen de las reservas de las cuencas internas, en fase de prealerta hay 53 municipios (8,25%), se ha declarado fase de alerta en 397 municipios (63,02%), 108 municipios se encuentran en fase de excepcionalidad (17,14%), ninguno en fase de preemergencia, y hay 37 municipios en los cuales aún está declarada la fase de emergencia por sequía (5,87%).

En concreto, los municipios que se encuentran en situación de emergencia por sequía en el Alt Empordà se agrupan en dos grupos. El primero es el de los 22 pueblos que se abastecen del acuífero de los ríos Fluvià y Muga:
- Viladamat
- Ventalló
- Sant Mori
- Sant Miquel de Fluvià
- Torroella de Fluvià
- Vilamacolum
- Sant Pere Pescador
- L’Armentera
- Peralada
- Pau
- Palau-saverdera
- Vilajuïga
- Pedret i Marzà
- Vilabertran
- Masarac
- Capmany
- Agullana
- La Jonquera
- Espolla
- Sant Climent Sescebes
- Mollet de Peralada
- Garriguella
El otro grupo de pueblos del Alt Empordà aún en emergencia son los 12 municipios que reciben el agua del embalse de Darnius-Boadella, que está al 16,88% de su capacidad:
- Riumors
- Castelló d’Empúries
- Fortià
- El Far d’Empordà
- Vilamalla
- Santa Llogaia d’Àlguema
- Vila-sacra
- Figueres
- Llers
- Cabanes
- Roses
- Cadaqués
Dos municipios en emergencia en el Baix Camp y uno en el Vallès Oriental
Donde también está declarada la emergencia por sequía es en los municipios de Riudecanyes y de Duesaigües, municipios del Baix Camp que dependen del embalse de Riudecanyes (actualmente al 23,67% de su capacidad). Además, uno de los casos más destacados del territorio catalán es el de Sant Feliu de Codines, un municipio del Vallès Oriental que pidió -su ayuntamiento- a la Agencia Catalana del Agua mantenerse en estado de emergencia por sequía.

¿Qué implica estar en estado de emergencia por sequía?
Es necesario aclarar que la emergencia por sequía tiene tres fases. Emergencia I, Emergencia II y Emergencia III. En el caso de las poblaciones antes mencionadas, todas han entrado en fase de Emergencia I, la más flexible. Aun así, lo primero que implica es que hay una reducción del consumo de agua permitido, que se sitúa en 200 litros por persona y día.
En cuanto al agua de riego agrícola, la reducción del uso permitido es del 80%, es decir, que solo se permite el riego de supervivencia. Dos industrias clave para Cataluña también verían cómo su consumo de agua se ve reducido. En el caso de los usos ganaderos, la reducción es del 50%, mientras que en los usos industriales es del 25%. En cuanto al ocio y el deporte, la Generalitat señala que está prohibido llenar cualquier piscina (particular o pública) con solo cuatro excepciones, como son las piscinas cubiertas y están inscritas en el censo de equipamientos deportivos de la Generalitat, las de uso terapéutico o las que tienen agua de mar. En el caso deportivo solo se permite el riego de campos de césped con agua regenerada o freática, aunque la Generalitat detalla que «las administraciones locales, a través de sus planes de emergencia, pueden establecer limitaciones/prohibiciones adicionales al uso del agua en instalaciones deportivas, públicas/privadas y en espacios lúdicos».
En cuanto al papel de las administraciones locales, la Generalitat señala que queda prohibida la limpieza de calles con agua potable y el riego de jardines y zonas verdes siempre que no sea para garantizar la supervivencia del arbolado o, en el caso de los jardines y zonas verdes públicas, el riego se realice con agua regenerada o freática.