Cataluña ha vivido un episodio de lluvias que ha servido para que los embalses experimenten un crecimiento como hacía años que no se veía. La situación se ha aliviado en muchas de las zonas críticas de Cataluña como son el Alt Empordà y un área del Baix Camp, dos de las zonas más castigadas por la falta de agua y por la mala situación de las reservas del acuífero de los ríos Muga y Fluvià, del pantano de Darnius-Boadella y del embalse de Riudecanyes, respectivamente. Y entre el Parque Natural del Montseny y el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, bañado por el río Tenes, se encuentra Sant Feliu de Codines, un municipio que se ha ganado el erróneo sobrenombre de municipio que entró voluntariamente en emergencia por sequía, un calificativo que Pol Cabutí, alcalde de la localidad vallesana, asegura que no le gusta. «De voluntario no tiene nada. Ojalá no hubiésemos tenido que entrar nunca en emergencia por sequía», señalaba recientemente en una entrevista a El Món.
Y Sant Feliu de Codines se ha vuelto a convertir hoy en el gran protagonista. Porque este martes el Gobierno ha anunciado que levantaba el estado de emergencia en las tres unidades más castigadas por la sequía -el acuífero de los ríos Muga y Fluvià y del pantano de Darnius-Boadella y el de Riudecanyes-, de manera que la localidad codinenca se convierte en la Galia de la sequía, ya que es el único municipio de toda Cataluña que se mantiene, tal como fuentes del Ayuntamiento han confirmado a El Món. El resto del país está en alerta, prealerta o normalidad, y solo el área del Acuífero Fluvià-Muga se mantiene en excepcionalidad, igualmente por debajo del nivel de emergencia, de manera que Sant Feliu es el pueblo con más restricciones de Cataluña.
¿Por qué la emergencia por sequía en Sant Feliu de Codines?
La realidad de Sant Feliu de Codines no tiene nada que ver con los pueblos que lo rodean ni con el resto del país. Solo lo abastecen de agua cinco recursos propios como son cuatro pozos y una mina, unos recursos que desde 2022 fueron menguando –la mina de Llobateres se agotó– y desde 2023 el municipio tuvo que recurrir al transporte de agua con camiones cisterna para poder abastecer de agua a la población y el tejido comercial e industrial de la localidad. «Desde el momento en que no tenemos suficientes recursos propios y tenemos que llevar agua con camiones cisterna, la realidad es estar en emergencia», explicaba el alcalde.
Uno de los otros aspectos que hay que tener en cuenta sobre Sant Feliu de Codines es que no está conectado al Ens d’Abastament d’Aigua Ter-Llobregat, un hándicap que desde el consistorio trabajan para revertir y disponer de esta agua proveniente de la ATL. Cubatí explica que desde el Ayuntamiento trabajan para que el siguiente alcalde que se encuentre con una situación similar de sequía «no se encuentre con los pocos recursos propios para gestionarla» que se ha encontrado él.

Unos vecinos que han respondido con conciencia
Una de las cosas que más enfatiza Pol Cubatí en su conversación con El Món es el papel de la ciudadanía en medio de esta crisis. “Los camiones cisterna pasan por el medio del pueblo y la gente los ve. Y mientras ven pasar camiones es muy fácil que entiendan que tienen que cerrar el grifo, que la ducha debe durar poco, que no pueden llenar una piscina, que no tiene ningún sentido estar regando un césped cuando lo que nos estamos jugando es tener agua en la red o no tenerla”, explica el alcalde. Sus habitantes respondieron, y lo hicieron desde la normalización de la situación. Xènia, una de las maestras del Instituto Manuel Carrasco i Formiguera, explica que desde el centro educativo “se hizo una charla para concienciar al alumnado de la situación con el agua”.
La sensación, hablando con los vecinos del pueblo es que hicieron caso a lo que les decía el Ayuntamiento. “Nos portamos bien”, explica Antoni, uno de los habitantes de la localidad. Una postura que comparte Néstor, uno de los vecinos del pueblo que señala que siguieron las indicaciones del consistorio “Dejamos de hacer una serie de cosas que normalmente haces, como fregar de más la terraza, el suelo. Y empezamos a hacer un consumo más moderado de agua, cuando te duchas pones un cubo para aprovechar el agua que sobra, etcétera”, concluye.
Ahora, de momento, las restricciones en Sant Feliu de Codines se mantienen y se ha convertido en el único municipio en emergencia por sequía de toda Cataluña.