Cataluña ha vivido un mes de marzo excepcionalmente lluvioso, la cantidad de agua que ha descargado sobre el territorio catalán ha permitido que la situación de los embalses haya mejorado ostensiblemente y que la cantidad de agua almacenada se haya duplicado en poco más de tres semanas. El paso de la borrasca Jana comenzó a llenar los embalses, que ganaron 10 puntos y pasaron del 31,1% al 41,1%. Esta situación, además, se vio favorecida días después por la llegada de la borrasca Martinho, que terminó de llenar los embalses y cambió la situación hidrológica de Cataluña casi de la noche a la mañana. A pesar de estas grandes lluvias, Javier Martín Vide, climatólogo y catedrático de geografía física de la Universidad de Barcelona (UB) apela a no repetir el «ciclo hidroilógico del agua», el adjetivo que ha acuñado para calificar el hecho de que «nos olvidamos de la sequía como fenómeno climático». «Como ahora ha llovido de forma abundante, olvidamos la sequía hasta que los recursos vuelven a bajar y entonces nos volvemos a preocupar, es un ciclo que repetimos y no es un ciclo hidrológico, es hidroilógico«, advierte en conversación con El Món.

El psicólogo clínico y psicoanalista Josep María Panés le da la razón y alerta que estas lluvias y el aumento de las reservas de los embalses puede llevarnos a una situación como la que «en ciencias sociales se llama catástrofe lenta, catástrofes que van apareciendo poco a poco, como en la metáfora de la rana hervida en una olla de agua que se va calentando poco a poco, no reacciona y muere hervida». «Se habla de ello, pero todos volvemos a las cosas del día a día», explica Panés.

El peligro de olvidar la sequía

El aumento de las reservas de agua ha sido tan destacado este mes de marzo que hacía tres años que no había una cantidad de agua embalsada como la que se registró el pasado jueves. El día 27 de marzo las reservas de las cuencas internas se situaron en el 60,4% de su capacidad, una cifra que no se veía desde enero de 2022.

Este aumento de las reservas de los embalses, de forma tan rápida (del 30,1% al 60,4%), puede hacer que la gente olvide que Cataluña, en los últimos tres años, ha sufrido una sequía excepcional. Martín Vide admite que da por finalizada la sequía en referencia al período de tres años en los cuales la pluviometría en Cataluña ha sido notablemente escasa, pero al mismo tiempo asegura que «no significa que el riesgo que conocemos como sequía lo olvidemos». El climatólogo advierte que «esta sequía ha sido excepcional, no había un referente así desde hace 200 años y, al mismo tiempo, hay que pensar que la sequía nos volverá a visitar más temprano que tarde, más aún en una situación de cambio climático.»

Vista del embalse de Foix al 100% de su capacidad, el 19 de marzo del 2025, en Castellet i Gornal, Barcelona, ​​Cataluña (España). Kike Rincón / Europa Press

Sobre este peligro del olvido, Josep Maria Panés explica que «un psicoanalista francés decía que los humanos tenemos tres pasiones, amor y odio y la tercera es la ignorancia». «Existe esta pasión por la ignorancia, nos cuesta mucho aceptar, mirar cara a cara las cosas para las cuales no hay solución o que requieren una solución que necesita grandes cambios, como ocurre con la emergencia climática», añade. De hecho, el psicólogo destaca que hay una tendencia, que es «no querer saber, al igual que no queríamos saber la gravedad de la sequía, que esta lluvia tampoco es normal, porque nos soluciona la sequía». Y destaca que estas lluvias no son normales como tampoco lo fue la sequía que Cataluña sufrió. «Es no querer saber que ni la sequía era normal ni estas lluvias tampoco lo son», sentencia Panés.

El concepto del cambio climático es lo que más destaca el psicoanalista, ya que cree que «nos olvidamos de la sequía porque ha llovido y porque nos olvidamos del cambio climático». Panés, además, destaca que «sorprende la capacidad de los humanos para mirar hacia otro lado cuando hay algo angustiante.» «¿Nos falta información? No, nos falta no querer pasar página de inmediato y preguntar ‘¿cómo está el Barça?’, ‘¿cómo está Ucrania’?» asegura Josep Maria Panés.

El catedrático Javier Martín Vide, sin embargo, es más ‘optimista’ que Panés, y asegura que «la memoria es muy corta, pero es verdad que de 2008 algo quedó, se redujo mucho el consumo de agua doméstica, de hecho aprendimos a reducir los consumos«. El climatólogo señala que «es un peligro» olvidar la sequía de forma rápida, pero al mismo tiempo apela a «dejar la alerta» sin «olvidar que la sequía volverá y que ahora debemos trabajar para futuras sequías, por ejemplo, reduciendo las fugas en las redes de distribución.» «Ahora que tenemos bonanza pluviométrica debemos ponernos a trabajar», sentencia Martín Vide.

Prudencia, la palabra preferida de la Generalitat

Durante las últimas semanas la cantidad de lluvia que ha llenado los embalses de las cuencas internas ha hecho que la Generalitat pida prudencia a la hora de hablar de la sequía. La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, pidió «prudencia» después de que la borrasca Jana llenara los embalses. Sobre todo, Paneque pidió esperar al mes de abril -en el cual las previsiones pluviométricas son favorables- para poder levantar restricciones sin tener que aplicarlas de nuevo al cabo de pocos días o poder hablar de una situación de normalidad en Cataluña. En este aspecto, la consejera señaló que la comisión interdepartamental por sequía no se reunirá hasta mediados de abril, lo que significa que el Gobierno no revisará (excepto en caso de una situación muy urgente) las restricciones por sequía actuales en los municipios catalanes. De hecho, Paneque advirtió que sería un “error pensar que tenemos solución definitiva con estas lluvias.

El pasado 27 de marzo el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Josep Lluís Armenter, también pidió esta prudencia a los catalanes, asegurando que la intención del Gobierno y de la ACA es levantar las restricciones si abril y mayo son lluviosos y asegurándose de que la situación es idónea. “No queremos dar un paso adelante y dar dos atrás”, sentenció el director de la ACA.

Desembalse de agua en el pantano de Rialb, en la Noguera, casi al 100% de su capacidad. | Roger Segura (ACN)

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