La rueda de prensa posterior al consejo ejecutivo del Govern de la Generalitat de Catalunya ha sido la escenificación del final de la sequía en el sistema Ter-Llobregat. La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica y portavoz del Govern, Sílvia Paneque, así lo ha expresado durante su comparecencia y ha querido destacar, más allá del motivo de celebración que han supuesto las últimas lluvias, la actitud de los catalanes y ha señalado que «el consumo ciudadano en Cataluña durante el estado de alerta por sequía estaba por debajo del consumo de los catalanes en el período de excepcionalidad» y preguntada por si desde la Generalitat se pediría algo en concreto a los ayuntamientos del sistema Ter-Llobregat ha querido destacar el «comportamiento ejemplar» de la ciudadanía y de los ayuntamientos catalanes.
Actualmente, las reservas de los embalses de las cuencas internas se sitúan cerca del 64% de su capacidad (63,82%), motivo por el cual el pasado sábado la Generalitat anunció que se levantarían las restricciones por sequía en el área de Barcelona. Los 202 municipios que dependen del sistema Ter-Llobregat volverán a la normalidad después de que las reservas de los embalses se hayan duplicado en un mes y se sitúen en los 394 hm³.
Los otros cambios en Cataluña
Además del levantamiento definitivo de las restricciones en el área de Barcelona, el Govern ha aprobado que el acuífero del Baix Ter pase a escenario de normalidad y que el del Fluvià-Muga pase de excepcionalidad a alerta. Estos cambios significan que nueve áreas de Cataluña ya se encuentran en normalidad, cinco en prealerta y cuatro en alerta, un hecho que significa que 14 de los 18 ámbitos de las cuencas internas podrán disfrutar de agua sin ninguna restricción.

El aumento de las reservas de los embalses también ha permitido que el Govern de la Generalitat reduzca en 10 puntos la producción de las desalinizadoras catalanas, que durante toda la época de sequía han actuado al 100% de su capacidad mientras que a partir de este martes lo harán solo al 90%, una decisión que según el Govern se hace «para optimizar el recurso almacenado en los embalses y favorecer la recarga de acuíferos como el del delta del Llobregat, que durante la sequía ha sido vital para garantizar las demandas».