La Dirección General de Ordenación y Regulación Sanitaria del Departamento de Salud ha enviado una carta a Gerard Insa para dar respuesta a la petición de aclaración que presentó tras recibir una primera respuesta de la Generalitat por el caso de catalanofobia que denunció el pasado 2 de junio en la Clínica Diagonal de Esplugues de Llobregat. En la segunda respuesta, a la que ha tenido acceso El Món, Salud le remarca que el centro sanitario hizo “recordatorios” a los médicos para que atiendan a los pacientes que hablen catalán y da por cerrada la reclamación.
El pasado mes de julio Salud ya le comunicó que se habían tomado “medidas correctoras” en la Clínica Diagonal por el caso de catalanofobia que Insa denunció por parte de una doctora que le exigió “Háblame en español o no te atiendo”, y ahora añade que el centro dispone de un “procedimiento específico para garantizar el ejercicio de este derecho”. “Las deficiencias detectadas en la aplicación del protocolo correspondiente, fueron objeto de revisión inmediata y se reforzó con recordatorios internos dirigidos a todos los profesionales sobre la necesidad de su correcto cumplimiento, asimismo los responsables del centro iniciaron una investigación interna por los hechos ocurridos”, subraya.

Asimismo, deja claro que las actuaciones de investigación enmarcadas en el procedimiento de información previa permitieron comprobar que “la asistencia sanitaria dispensada en el centro objeto de la reclamación el día de los hechos se ajustó a los criterios de calidad exigibles de acuerdo con el motivo de consulta”.
Denuncia por un posible delito de odio
Insa puso el caso en manos de Acció Cassandra, que presentó una denuncia por posible delito de odio, ya que la entidad de los abogados Lluís Gibert y Josep Rosell i Fossas considera que la actitud de la clínica “va más allá de la infracción del código deontológico médico” y supone una “vulneración de derechos reconocidos en el Estatuto y la ley de política lingüística”. Asimismo, Acció Cassandra apunta que se trata de “un caso paradigmático de catalanofobia” y remarcan que “puede constituir un delito de odio según el Código Penal español”.