Anna M. P., la mujer de 77 años que fue insultada en el informe médico por uno de los dos médicos que la atendió el pasado 15 de septiembre en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Dexeus, ha enviado una carta a la consejera de Salud, Olga Pané, para lamentar la decisión de la Dirección General de Ordenación y Regulación Sanitaria de la Generalitat, que cerró la investigación y concluyó que el centro hospitalario «siguió las guías y protocolos» y que «respondió a la reclamación», sin dar acceso al contenido del expediente que abrió y cerró. Además, la mujer deja constancia de la «gran decepción» que ha sentido por la actuación del Gobierno de la Generalitat porque, según dice en la carta, a la cual ha tenido acceso El Món, «no defienden a los ciudadanos agredidos por la lengua».

La víctima de discriminación lingüística deja claro en la carta que ha enviado a la titular de la cartera de Salud que «quedé muy impresionada y decepcionada» al saber que la investigación sobre la «agresión» que sufrió en el servicio de urgencias del centro hospitalario de Barcelona «quedaba archivada sin ninguna consecuencia» y lamenta las conclusiones con las que se cerró el expediente. «No me sorprende que se oculte el contenido del expediente que se abrió y no se quiera hacer público», sentencia. La mujer traslada a Pané que «si se hubiera encontrado como yo con un médico en urgencias que te niega su atención y no te da ninguna vía para ser atendida, en situación de preocupación y asustada como estaba, ¿habría podido pensar que se seguían los protocolos establecidos?».

En este sentido, subraya que el médico «deja de cumplir» principios del Código Deontológico y una guía del Colegio de Médicos de Barcelona. «Sólo por el hecho de quedar en el box sin atención, preocupada por no saber qué hacer en ese momento –no solo un momento, casi una hora– también el trato recibido, insultarnos a mi marido y a mí verbalmente y posteriormente en el informe por escrito por el segundo médico», remarca la víctima de discriminación lingüística, que también trasladó su caso al Colegio de Médicos de Barcelona y aún está esperando respuesta. Según ha sabido este diario, el COMB notificó a Anna el pasado 14 de febrero que había recibido su queja y, posteriormente, tres días después, el organismo le pidió el informe médico completo y ella lo envió el mismo día, pero desde entonces no se han puesto más en contacto con ella.

Fragmento de la carta a la cual ha tenido acceso El Món / JMB

«No fomentan que se hable la lengua»

Anna apunta que «queda muy bien decir que se actuó según los protocolos y que se tomarán medidas para que no vuelva a producirse este hecho que lamentan, pero denuncia que «si después de gestionar tantos escritos de denuncia y ocuparme tanto tiempo para poder establecer la dignidad que omitieron, la respuesta es ‘aquí no ha pasado nada y se archiva el expediente’, y no se toma ninguna medida con estos profesionales, aseguran que nadie se moleste en hacer ninguna denuncia y seguro que estos médicos continuarán con esta actitud de prepotencia y abuso a la que me sometieron». Finalmente, reitera su «gran decepción» por la actuación del Gobierno de la Generalitat porque, según remarca, «ni defienden a los ciudadanos agredidos por la lengua ni fomentan que se hable», y hace constar que el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, «también debería haber intervenido».

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