La ANC ha criticado duramente el Pacto Nacional por la Lengua presentado por el Gobierno la semana pasada y lo califica de “gran operación de marketing político”. La entidad advierte que el pacto, a pesar de hacer un diagnóstico correcto del retroceso social del catalán, “no propone ninguna medida para afrontar las raíces del problema”. En un duro comunicado, la ANC asegura que el Pacto Nacional por la Lengua nace cojo porque solo cuenta con el apoyo del PSC, ERC y los Comunes. “No es un pacto nacional”, alertan. Además, echan en falta un papel más activo de las asociaciones de jóvenes y de inmigrantes extracomunitarios, que son los “segmentos de la población que tienen la clave del futuro del catalán”. Una auténtica enmienda a la totalidad a un pacto que se concibió durante el gobierno de Pere Aragonès y que se ha concretado con Salvador a pesar de no contar con el apoyo ni de Junts ni de la CUP, que critican la “falta de ambición” del proyecto.
La entidad que preside Lluís Llach considera que enfocar la grave crisis que sufre el catalán a través de un pacto nacional es un error de concepto, ya que son acuerdos de cara a la galería que tienen poca incidencia en la realidad. Así, cita los ejemplos de los pactos nacionales por la Vivienda (2007), por la Transición Energética (2015), por la Industria (2017) o por la Movilidad Segura y Sostenible (2021). “Estos grandilocuentes acuerdos no han impedido que Cataluña sufra la más grave crisis de vivienda de Europa; se encuentre a la cola del Estado español en energías renovables; y continúen la desindustrialización y el caos de Rodalies-Renfe”. Tampoco ven que el Pacto Nacional por la Lengua tenga un futuro mejor. “No evitará que continúe la minoración del catalán porque las medidas acordadas son solo cuidados paliativos que no atacan las causas de fondo del retroceso de nuestro idioma”.

La independencia, el único camino
En su análisis del pacto, la ANC insiste en que muestra la “incapacidad de la autonomía para afrontar las causas generales del retroceso del catalán”, que ha pasado de ser una lengua de uso habitual para el 48,5% de la población en 2003 a solo el 39,5% en 2023. La entidad enmarca la crisis del catalán en una crisis más global de la sociedad catalana que tiene causas demográficas, económicas y sociales. Con un 22,5% de personas nacidas en el extranjero, Cataluña estaría entre los cinco países con más inmigración de la OCDE, y lo relaciona con la baja fecundidad de las mujeres catalanas como consecuencia del elevado desempleo, unas condiciones laborales precarias y las dificultades para acceder a una vivienda. “El origen es el sistema económico catalán que crea empleos de baja calidad que solo aceptan personas de otros continentes; al mismo tiempo jóvenes bien formados deben emigrar”, lamentan desde la ANC.
“La ambición del Pacto es escasa”, insisten. La entidad considera que aspirar a incorporar 100.000 personas cada año para que aprendan a hablar catalán es insuficiente, ya que cada año unas 125.000 se establecen en el país y, por lo tanto, incluso en el supuesto de que se pudieran cumplir las previsiones, apenas se estaría alcanzando a las personas que llegan. Además, avisan que la “capacidad de hablar catalán no asegura su uso social”.
La entidad también critica que el Pacto Nacional por la Lengua omite el “papel de la Constitución española en el retroceso del catalán” y recuerda que en 2010 el Tribunal Constitucional sentenció que el “deber de conocer el catalán era inconstitucional”. Así, los partidos firmantes del pacto ignoran el hecho de que la “preeminencia constitucional del castellano y el carácter subordinado y voluntario de nuestro idioma es una de las causas de la caída del uso social” del catalán. Tampoco gusta a la entidad que se menosprecie “la amenaza de las sentencias judiciales contra la inmersión lingüística”, uno de los puntos que ha hecho retroceder a Junts y la CUP, y que no haya ningún “compromiso de una respuesta conjunta” ante la inminente sentencia del TC contra la inmersión.
El juego de malabares con los números
Otra de las críticas de la ANC es que el Pacto Nacional por la Lengua no explica cómo hará “cumplir la legislación vigente” y denuncia que presenta de “manera engañosa” un presupuesto de 255 millones de euros que incluye gastos reciclados o ya comprometidos. Es el caso de la aportación al Consorcio para la Normalización Lingüística, que este año recibirá 53 millones, pero el año pasado ya tenía un presupuesto de 42 millones. Por lo tanto, el incremento de recursos es de solo 11 millones.