La administración de justicia ha perdido a uno de sus nombres históricos en Cataluña. El magistrado Gerard Thomàs, expresidente de la Audiencia de Barcelona, ha muerto este viernes. El entierro se celebrará el domingo. El velatorio será este sábado por la tarde y el acto de despedida el domingo a las 9:45 en el tanatorio de las Corts de Barcelona. Thomàs también destacó como presidente de la sección novena de la misma Audiencia que resolvía todas las cuestiones relativas a materias penitenciarias. Incluso, formó parte del grupo de expertos que durante muchos años asesoró la Generalitat en el despliegue de políticas de reinserción. Dejó la toga, por jubilación, en 2016, con 70 años.
Juez progresista, había formado parte del secretariado de Jueces por la Democracia, y tuvo mucha ascendencia mediática por sus sentencias, con cierta manera innovadoras. Incluso, como magistrado de la Audiencia no tenía miramientos en la hora de reprochar instrucciones mal hechas o abusos durante la instrucción de algunos delitos. De hecho, fue uno de los líderes que presentó una queja ante el Consejo General del Poder Judicial en 1999 por el atasco de la Audiencia de Barcelona y la gestión de la entonces presidente, Francisco Béjar.
Thomàs, tampoco tenía miramientos si había que enfrentarse y debatir con el poder político si entendía que el poder legislativo o ejecutivo traspasaba las líneas de la crítica técnica. Entre los casos mediáticos que llevó, el crimen del Putxet, el caso Royuela o el caso de la invasión de las pistas del aeropuerto del Prat. Defensor de figuras como el jurado popular, era uno convencido de la justicia reinsertadora que forjó toda una generación de magistrados progresistas a la audiencia de Barcelona.

Sin miedo a los medios ni a colaborar con la administración
Gerard Thomàs fue uno de los magistrados más abiertos para trabajar con la prensa. Así mismo, no tuvo ningún problema al poner a disposición de la administración sus conocimientos para mejorar los mecanismos de la Justicia. Fue uno de los miembros de la Mesa Cívica Penitenciaria que construyó la entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Un instrumento que sirvió para poner las bases de la política penitenciaria de la Generalitat basada en la reinserción.