Más de la mitad de los alumnos titulados en cualquier grado de formación profesional (FP) consiguen trabajo después de terminar sus estudios. Esta es la gran conclusión que se extrae del último estudio de inserción laboral de las enseñanzas profesionales, elaborado por el Consejo General de Cámaras, que ha presentado la consejería de Educación, en manos de la consejera Esther Niubó, esta semana. Una de las modalidades de formación profesional que el departamento ha potenciado más en los últimos meses es la FP Dual intensiva, ya que consideran que es una «vía eficaz de aprendizaje y de entrada directa para captar y retener talento por parte de las empresas«, lo que beneficia tanto a los estudiantes como al sector empresarial catalán. En concreto, esta modalidad combina la formación en el aula con el aprendizaje directo en las empresas del sector de manera remunerada, algo que en las estancias empresariales de otros tipos de enseñanza, como la universitaria, no siempre ocurre.
Aunque la consejería destaca esta tipología de FP como una pieza clave para la inserción laboral de los estudiantes, todavía hay algunas carencias que deben resolverse: «Debemos garantizar que todos los estudiantes puedan encontrar un lugar donde hacer prácticas», argumenta el miembro de la comisión rectora de la formación profesional de la consejería por UGT, Jesús Martín, en conversación con El Món. Aunque el especialista considera que en los últimos años se han mejorado varios aspectos de este campo del sistema educativo, Martín apunta que todavía se debe terminar de equilibrar la oferta de formación profesional con la realidad del mundo laboral: «Cataluña es un país de pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales no tienen la infraestructura y el personal para poder formar alumnos», asevera el sindicalista, que recuerda que son las mismas empresas las que tutorizan a los estudiantes en prácticas.

Sanidad, uno de los ámbitos donde más cuesta encontrar prácticas
En esta línea, el portavoz de la Intersindical, Marc Martorell, apunta que, en estos momentos, hay «muchos problemas» para encontrar empresas donde poder realizar estancias de prácticas, especialmente en el sector sanitario: «Hay muchos alumnos que no encuentran empresa donde hacer prácticas y terminan el ciclo en tres años [es decir, un año más de lo previsto]», argumenta. Desde la organización sindical han elaborado una encuesta -la cual aún no ha concluido- para ver qué dificultades tienen los centros educativos de formación profesional en Cataluña. Según los datos provisionales, recogidos a partir de cerca de 450 respuestas, un 87% de los encuestados dicen que les cuesta encontrar prácticas de la modalidad de FP intensiva -donde son remuneradas- porque tienen «dificultades» para colocar a los estudiantes en empresas: «De los centros que he visitado, donde más cuesta es en la sanidad», detalla el portavoz de la Intersindical. Aunque la encuesta que está elaborando el sindicato sigue en marcha, su portavoz considera que los datos actuales ya son «bastante significativos». En este sentido, Jesús Martín considera que una manera de resolver este problema es «crear una oficina pública que gestione las prácticas públicas», ya que de esta manera los centros de FP tendrían menos carga para establecer convenios con las empresas de sus respectivos sectores.
Las dificultades para colocar a los estudiantes en empresas, sin embargo, no afectan a todas las áreas de formación profesional de la misma manera: «En informática no tenemos este problema», explica el director del Instituto Tecnológico de Barcelona (ITB), Alberto Vila, que considera que, de momento, la situación que vive su centro de FP es «envidiable». Ahora bien, aunque hay facilidades para encontrar empresas para establecer convenios de prácticas, el director del ITB admite que, a veces, cuesta más encontrar empresas donde hacer prácticas en grado medio que en grado superior, ya que el sector de informática busca un perfil de estudiante «más formado». Según apunta el director del ITB, lo mismo ocurre con la FP básica, es decir, los ciclos del primer nivel de formación profesional, ya que las empresas suelen optar por establecer convenios de prácticas para los alumnos de grados superiores: «Quizás deberíamos repensar el papel de las prácticas en estos casos», argumenta el director. Aunque algunas especialidades tienen dificultades para establecer vínculos con las empresas, las estancias en compañías del sector son esenciales para la inserción laboral de los alumnos, tal como constata también el último estudio presentado por la cartera de enseñanza.

La modalidad dual consolida la formación profesional
En los últimos años, varios centros han comenzado a potenciar la FP Dual, lo que, según argumentan desde la consejería de Educación, ha permitido «consolidar» la formación profesional en Cataluña: «Este modelo, además de mejorar la calificación de los estudiantes, ha reforzado los vínculos entre los centros educativos y el mundo empresarial, y ha situado la FP como una pieza clave en la estrategia educativa y económica de Cataluña», detalla el informe elaborado por el Consejo General de Cámaras. Esta consolidación a la que se refieren se puede ver con el número de alumnos que se han graduado en algún ciclo en los últimos años. En detalle, el curso 2007-2008 se graduaron 24.553 estudiantes, mientras que el curso 2022-2023 -los últimos datos a los que se refiere el estudio- la cifra se elevó hasta 66.345. Es decir, se ha duplicado con creces el número de alumnos que se gradúan de cualquier grado de FP, lo que confirma que cada vez hay más jóvenes que eligen este camino para continuar formándose -tal como también se ha comprobado este año en el Salón de la Enseñanza.
Teniendo en cuenta el aumento de la importancia de la formación profesional dentro del sistema educativo, la administración catalana ya hace años que ha comenzado a destinar más recursos. Ahora bien, los expertos constatan que, a pesar de las mejoras, aún quedan muchas asignaturas pendientes: «Continúan faltando muchos docentes. En ningún momento del curso he tenido la plantilla completa», lamenta Alberto Vila. En esta línea, el miembro de la comisión rectora de la FP por UGT también apunta que una de las carencias que se debe paliar es la presencia del idioma en la formación profesional: «Hasta este curso no dábamos clases de lengua», lamenta Martín, que considera que esta rama de la enseñanza también debe ser un baluarte de defensa del catalán. «Y más en el momento que vivimos», exclama. Sea como sea, pero, a pesar de las asignaturas pendientes -algunas que llevan décadas arrastrándose-, la formación profesional ya se ha convertido en una opción de educación postobligatoria atractiva para los jóvenes catalanes.